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Marisol Rodero: Nuestro Camino en el Homeschool

  • Writer: Denisse Cueto
    Denisse Cueto
  • Sep 17
  • 3 min read

Cuando empecé a hacer homeschool, las redes sociales no eran lo que son ahora. No tenían esas funciones para crear grupos o páginas dónde podías hacer "comunidad virtual", como ahora.


En ese entonces, las mamás homeschoolers que buscábamos actividades para nuestros hijos, nos reconocíamos porque coincidíamos en lugares y horarios donde normalmente no ves niños.


De alguna manera sabías quienes eran homeschoolers y poco a poco ibas encontrando el camino. Siempre salía la conversación, la gente te decía: “yo conozco esta familia que también es católica” o “yo conozco esta otra” y te ponían en contacto.


El papel de una mamá organizadora


Siempre hay una mamá que empieza a hacer comunidad. Y esa mamá, la verdad es que no era yo.


Cuando empecé, me encontré con amigas maravillosas, recuerdo en especial a una de ellas que se llama: Jenny Bales, actualmente tiene conferencias y es maravillosa.


Lo que ella hacía era:

• Abrir su casa una vez al mes

• Ponía café y galletas

• Invitaba a toda la mamá homeschooler católica que quisiera ir


Además, procuraba que tuviéramos un tema de formación. Entonces decía: "este sábado vamos a hablar de un tema" (obviamente todo ligado a la fe). Íbamos preparadas y ella sacaba su lectura:

• A veces de un libro de alguna autora homeschooler católica

• Otras veces de la Biblia directamente

• O tratábamos un punto en específico


Ella guiaba la plática a que fuera fructífera, que no se desviara en trivialidades, sino que se centrara en la fe. Esto a mí me servía muchísimo y marcaba la pauta para todos los encuentros que teníamos las mamás el resto del mes.


El valor de la comunidad


Algo muy bonito que sucedía, es que a lo largo de mi trayecto de homeschooling lo que más he aprendido de la fe ha sido precisamente a través de otras mamás homeschoolers, de otras comunidades homeschoolers.


Y no solamente que aprendes, sino que: con sus pláticas, con sus consejos de amistad (porque las amigas de verdad dicen lo que necesitas, aunque duela), y mucho con el ejemplo, tanto para mí como para mis hijos.


Realmente es verdad eso que dicen de que es mucho más fácil llegar al cielo con una comunidad así, que cuando estás un poquito a la deriva y no tienes ese riel que te va diciendo: “por aquí, por aquí, este es el caminito”.


Lo que damos y lo que recibimos


Es muy importante tener esto en cuenta:

• no solo lo que tomamos de los demás

• sino lo que nosotros damos a los demás.


Lo que compartimos con nuestro ejemplo, con nuestra guía, con nuestros tips. El tipo de comunidad que tratamos de hacer. El estar abiertas en esa caridad como mi amiga Jenny lo estuvo en su momento: abrir las puertas de tu casa para crecer a los demás en la fe, ser ese testimonio.


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El riesgo del fariseísmo


Algo que hay que comentar, es la diferencia que hay entre hacerlo desde la compasión y caridad, donde realmente te importa que el otro llegue al cielo y donde tú también estás abierta a llegar al cielo.


Porque hay mucho el peligro del fariseísmo, al caer en pensar:

“yo me veo mejor haciendo esto”

•“yo me veo más santa haciendo esto

•“yo soy más santa, porque yo no lo hago como tú


Muchas veces esto pierde completamente el sentido porque se hace un concurso, dejando de lado lo divino y cayendo en el orgullo. Eso es algo que todos debemos tener en cuenta.


Y aquí también entra algo muy importante: necesitamos entender que todos estamos en diferentes caminitos y en diferentes lugares. No podemos juzgar a los demás comparando dónde estamos nosotros, porque no es que alguien esté “mejor” que otro, sino que cada quien está en su propio proceso.

Cuando nosotros aprendemos algo, también lo hacemos por pasos y procesos: primero un tema, luego otro, a veces no estamos listos para algo todavía, o necesitamos más trasfondo antes de poder dar el siguiente paso.


Esa conciencia forma parte de la compasión de la que hablo: mirar al otro con paciencia, entendiendo que Dios trabaja en cada persona a su tiempo, y acompañarnos sin juicios en ese caminar.


Volver al carril


¡Me encantan estos temas de reflexiones! Cuando leo testimonios de Mamás Homeschoolers, me acuerdo de Jenny, de esos espacios donde las mamás podemos:

• volver a ese carrilito

• centrarnos

• analizar las cosas que estamos haciendo.


Agradezco a El Árbol Menta, por estos espacios de reflexión y aprendizaje para la comunidad homeschooler católica.


Marisol Rodero


 
 
 

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