Homeschool: Una aventura de fe en familia

Cuando Josué y yo éramos novios, conocimos a una familia americana que había venido al Perú a abrir un box de CrossFit. Tenían cuatro hijitos varones: 10, 8, 6 y 4 años. Eran niños inquietos, como cualquier pequeño, pero algo en ellos nos sorprendía: su amabilidad, respeto, sencillez y nobleza.

Un día los acompañamos a un evento de BMX que ellos esperaban con ansias. Al iniciar, comenzaron a poner una música hip hop con una letra realmente terrible. Y, para sorpresa nuestra, los niños se taparon los oídos y, a pesar de que querían ver a su deportista favorito, le pidieron a sus padres que querían regresar a casa.

Preferían renunciar al evento antes que exponerse a algo que no era bueno para su corazón. Nos quedamos admirados. ¿Cómo era posible que, siendo tan pequeños, tuvieran ese discernimiento?

Cuando preguntamos a sus padres, ellos nos respondieron con total naturalidad: “Es que hacemos Homeschool.”

Esa frase nos marcó. Y casi sin pensarlo dijimos: "Cuando nos casemos y tengamos hijos… también haremos Homeschool"

Años más tarde, cuando Emmanuel nuestro hijo mayor ya tenía edad de empezar la escuela recordamos aquella experiencia.

Pensamos en todo el tiempo que los niños pasan fuera de casa y en cuánto deseábamos acompañarlos de cerca en su crecimiento, educarlos en la fe, las virtudes, el amor a Dios, a la Iglesia y al servicio.

Y así fue que, con miedo, emoción y mucha fe… nos lanzamos a la aventura. Ya son 8 años que hacemos Homeschool, nuestros hijos Emmanuel de 10, Matheo de 9, Ana Fátima de 5 y Lucas de 2 años nunca han ido al colegio, y aunque los días muchas veces son un caos (tener a los hijos 24/7 es todo un desafío real) no cambiaríamos por nada el haber tomado está decisión  y es que el Señor nos ha mostrado tantos detalles...

A lo largo del camino, el Señor nos ha ido mostrando pequeños milagros cotidianos: su nobleza, la humildad con la que piden perdón, su criterio para tomar decisiones correctas, los gestos de bondad entre ellos, su inocencia y su corazón tan puro.

Y claro que es un proceso, un constante luchar de todos, pero Dios nos va dando la gracia cada día para continuar buscando ganarnos el Cielo.

Una aventura de fe… para toda la vida

Hacer Homeschool es una aventura de Fe en Dios, de Fe en nosotros mismos como padres y de Fe en nuestros hijos, en su capacidad de crecer, aprender y amar con libertad.

Por eso, quiero animar a todas las familias que están en este camino o que sienten la inquietud en el corazón a seguir adelante.

Es un proyecto de vida hermoso, desafiante, pero profundamente transformador y tengan la certeza que Dios nos ha equipado para hacerlo.

Homeschool es, realmente… una aventura de fe en familia.

Ana Gabriela Ronceros, tiene 29 años. "Tenemos tres peques, soy coach de Crossfit de profesión y mamá homeschooler de corazón. Mi vida no sería nada sin Dios. Soy seguidora de María buscando agradar a Dios cada día".