Confrontando el Dolor con Cristo y por Cristo
- Nelly Sosa
- 3 days ago
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La semana pasada le pedí a mi esposo ir a Misa todos juntos. Una Tía querida estaba enferma de gravedad, así que mi corazón llamaba a acercarnos a ella a través de la Eucaristía, pues desafortunadamente vivimos muy lejos para poderla visitar.
Cuando llegamos a la Parroquia, justo a la hora que empezaría la celebración, vi a varias personas saliendo de la Iglesia y luego me dijo una Señora que esa noche no había habido Misa, que por esta ocasión se había realizado ayer, pero que ella de todas maneras iba a entrar al templo a rezar.
(Para esto… Afuera del templo estaban regalando medallitas de diferentes tipos y apuradas mi hija y yo tomamos unas).

La iglesia se veía oscurita tras las puertas de cristal, como si estuvieran cerrando, pero pensé “bueno, ahorita entramos aunque sea un momentito”.
Me fui a llevar a mi pequeño al baño y al regresar… tremenda sorpresa me llevé al entrar al templo, pues ¡había Adoración Eucarística!
Le di gracias al Señor, con sentimientos encontrados, por acudir en nuestro auxilio, por mostrarnos de una manera tan clara que nos estaba superando para llenarnos de su paz y escuchar nuestras oraciones.
Fue un momento de profunda belleza… y certeza.
Ya rumbo al carro busqué en mi bolsa la medallita que había encontrado en la parroquia y al verla a la luz pude ver la imagen de Nuestra Madre sosteniendo a Jesús y la leyenda “Nuestra Señora del Consuelo”.
No hay nada que sea invisible a sus ojos… ningún dolor por pequeño o grande que sea es ajeno a María o a Jesús. Siempre están ahí para confortarnos, para darnos la gracia.
¡Gracias Señor Amado porque tu luz se infiltra siempre en la más densa niebla!
¡Gracias Madre por tu tierna compañía en la alegría y el dolor!

Nelly Sosa nació en Monterrey, México y es comunicadora, esposa católica y mamá homeschooler de tres hijitos que no dejan de revelarle el amor de Dios todos los días. Su gozo por reencontrarse con Jesús en un pequeño pueblo en Pennsylvania lleno de árboles la inspiró a compartir su fe en El Árbol Menta. Cree firmemente que María Santísima moldeará el corazón hasta del más escéptico para gloria de Su Hijo.
La Adoración Eucarística, el Santo Rosario y la Devoción a la Divina Misericordia han cambiado su vida.
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