Infertilidad Secundaria: Estar Abiertos a la Vida es abandonarnos al Plan de Dios... aunque sea diferente al nuestro
Mi esposo y yo aprendimos un método de planificación familiar natural como parte de nuestra preparación prematrimonial.
Habíamos escuchado sobre el plan de Dios para el matrimonio, la apertura a la vida, la invitación a conocer y apreciar las cuestiones biológicas, y aunque sabíamos que podríamos encontrarnos con ciertas dificultades en este camino, nos sentíamos realmente maravillados por este llamado y muy motivados a ser fieles a este plan.
¿Qué seguiría? Casarnos, permanecer abiertos a la vida, recibir al primer hijo, después otro, luego otro, y quizá otro; los que Dios quisiera. Lo teníamos todo resuelto. Cuando pensábamos en las dificultades viviendo la PFN solo se me venían a la cabeza cuestiones relativamente sencillas como el mantener la disciplina del registro diario, algunos ciclos complicados por la etapa de vida que estuviéramos viviendo, períodos de continencia periódica más prolongados de lo que nos gustaría. Nada que no tuviera solución, de acuerdo a nuestros planes, teníamos la receta perfecta. Jamás pensamos en la dificultad para concebir; ya sea el primer hijo o la familia numerosa que siempre soñamos.
Permanecer abierto a la vida puede ser doloroso. No ver encarnados tus planes, el anhelo de tu corazón de tener más hijos para Dios, pensar que la casa llena de niños que habías imaginado no se haga realidad, puede ser muy difícil.
Damos por hecho que tenemos todo bajo control y se nos olvida que lo que Dios espera de nosotros es total abandono y confianza en su voluntad, por más extraña que nos parezca. En esta incertidumbre de la paternidad es donde hemos visto con más claridad lo que realmente significa el ser co-creadores, y se nos sigue revelando día a día al recordar que los hijos son un don, un don inestimable, que como tal, no se rechaza, pero tampoco se reclama.
No sabemos si Dios nos dará más hijos o no. Es algo que está fuera de nuestro entendimiento, pero lo hemos aceptado con amor y con nostalgia también porque sabemos que Su plan es perfecto.
La vida avanza, la situación familiar cambia, pero permanece el amor de Dios por nosotros, por nuestra familia. Aún y cuando no sea el retrato que teníamos en nuestra mente, nos sentimos profundamente agradecidos y bendecidos porque sabemos que todo ha sido para nuestro bien y toda esta experiencia sigue siendo una muestra de su amor y cuidado por nosotros.
Mónica Martínez es esposa y mamá católica de 2 hijos, instructora de métodos de reconocimiento de la fertilidad (FertilityCare Practitioner) desde hace 9 años.
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