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Cómo estoy acompañando a mi hija en su adolescencia


Mientras los padres de familia nos preocupamos por traer el pan a la mesa, mantener a nuestra familia sana y salva, nuestros hijos solitos, aprendieron a adaptarse a éste cambio enorme que empezó hace año y medio cuando les dijimos: “Hijo/hija, hay pandemia y ahora la escuela será desde casa, nos tenemos que quedar guardaditos para que el virus no nos encuentre”.

En mi familia, ha sido un año de cambios, especialmente para mi pre-adolescente: entró a la secundaria en una nueva escuela, aprendió a hacer nuevas amigas, tuvo clases diferentes, empezaron a ir a la escuela en forma presencial y la presión social se hizo presente, así que las preguntas comenzaron a llegar.


Preguntas que, como padres, nunca estamos cien por ciento preparados para contestar o que no hallamos la manera correcta de contestar: de los cambios que ocurren en su cuerpo, en su mente y de los porqués y cómos de la vida.


Yo sólo he pedido al Espíritu Santo que me ilumine y a Mamita María que me guíe con su corazón de madre para responderle lo mejor que pudiera. Y creo que hasta ahora lo he hecho bien…


Hay que orar todos los días para que el Espíritu Santo guíe a nuestros pre-adolescentes y adolescentes que están buscando su identidad, para que no se desvíen del camino de Jesús.

Ahí entra el acompañamiento de los padres. Entiendo que a veces estamos cansados, que creemos que ya son independientes, pero aún no lo son.

Hay que guiarlos, dándoles su espacio, pero sin descuidar la fe.

Orar en el auto antes de llegar a la escuela, darles nuestra bendición con agua bendita antes de salir de casa y platicar con ellos, sin que parezca interrogatorio, han sido clave para nosotros.

Me ha funcionado hablarle a mi hija y preguntarle acerca de estos temas mientras hacemos otra cosa: manejando, arreglándonos para salir, estando en el parque, siento que si llamamos de repente a los chavos para tener una conversacion frente a frente, ellos lo ven como si hubiera un problema, o como si los fuéramos a regañar.


Foto: Cathopic / Fiore Bagatello

Tengo la alegría de ser parte de una comunidad de madres e hijas católicas maravillosa y me dieron unos materiales que pueden serles útiles en ésta etapa y que te quiero compartir:


1. Videos en You Tube basados en la Teología del Cuerpo, son 3 partes y están en español. El canal se llama Proyecto Emaús. Ésta es la liga para el primero de la serie.


2. Justo antes de que empezara la secundaria leímos juntas unos libros que no son católicos, pero hablan de cómo empezar a cuidar su cuerpo y de los cambios que irán llegando. Estos son de una serie de American Girl y se llaman “The Keep and Caring of You” 1 y 2. Muy básicos y no tienen imágenes impropias, todo es en dibujitos.


3. Desde luego, la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II, si aún lo la leen, aquí la liga para el volumen 1. También está la versión para jóvenes en inglés.


4. El libro de Mercedes Arzu Wilson “Love and Family: Raising a Traditional Family in a Secular World” y la "Guía Práctica de Educación y Sexualidad".


5. Para contestar preguntas difíciles del mundo secular, el libro “Made this Way” de Leila Miller y Trent Horn.


6. Y para leer juntas y saborear cada capítulo, el libro: “The Joyful Mysteries of Life” de Catherine & Bernard Scherrer.

Para cerrar, les comparto una frase que me encantó, se las dio una amiga a las niñas más grandecitas del grupo de mi hija:


"Dios no se equivoca y cada una de las partes de nuestro cuerpo tiene una función específica y llena de gracia a los ojos de nuestro Señor: los ojos son para ver la belleza de su creación, la boca para comunicar la Buena Noticia de su Resurrección, los brazos para abrazar a nuestras familias y amigos cuando lo necesitan…" y así fue mencionando cada parte del cuerpo, hasta que llegó al útero y les dijo: "su función es ser la casita que Dios nos dio a todas las mamás para alojar a los más vulnerables, los bebés".


Sigamos defendiendo a los que no pueden defenderse por si mismos.

San Luis Gonzaga, patrono de los jóvenes y de la castidad ora pro nobis.

Santa Dymphna, patrona de quienes padecen enfermedades mentales, ora pro nobis.

Santa Inés, patrona de las jóvenes y de la pureza, ora pro nobis.




Betty Perks es esposa y mamá católica-mexicana viviendo en EU, aprendiendo cada día a amar a nuestro Señor más y más, y descubriéndolo en lo cotidiano, sobre todo en la naturaleza. Le encanta cocinar, leer, caminar y descubrir cosas nuevas en Austin, Tx.

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