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Esa es María en mi Vida


Foto: Cathopic/DanielaSantiago

Cuando pienso en las mayores crisis de mi vida, siempre veo a María. Ella, mi Madre Hermosa, ha estado a mi lado en todo momento, como lo estuvo al pie de la Cruz.

Tal vez no lo sabía, porque no la conocía bien, pero su poderosa gracia siempre estuvo cerca.

No fue que yo tuviera un "espíritu fuerte", es que María me arropó en los momentos de dolor.

No fue mi mamá quien tantas veces me aconsejó o esa amiga la que me rescató cuando mi alma se rompía, fue el Corazón de María, actuando en ellas.

Pero para mí María era todavía sólo una hermosa idea.

La gracia de Dios me permitió, muchos años más tarde, sentir gran curiosidad y hambre de su compañía.

Y después de consagrarme por primera vez a Jesús por María, empecé a verla más como a una verdadera Madre, como el más efectivo puente hacia Jesús.

Con San Luis de Montfort contemplé el misterio de su vida, de su alma inmaculada y sólo pude amarla mucho más. Y finalmente confiarme y confiarle todo, sin miedo.

Y empecé a leer y empecé a orar con mayor intencionalidad y empecé a entender tantas cosas, ahora con el alma...

Cuando pienso en María, pienso en calma, en confianza y en total entrega, pienso en amor y en claridad cuando más necesitas fuerza.

Ella me ayudó a ser Mamá por primera vez cuando el peso de mi nuevo rol me abrumaba, con el Rosario hizo flexible mi voluntad y convirtió mis miedos en gozo.

Hace dos años, en Semana Santa, ella nos acompañó a mi esposo y a mí en uno de los momentos más duros de nuestra vida juntos. Cuando perdimos a un bebecito, de a penas unas semanas de concebido.

Y la sentí conmigo, me mantuvo en calma y le di las piezas de mi roto corazón.

Me acompañó y mi dolor fue su dolor, caminamos juntas cargando mi cruz con Jesús y mi alma se abrió todavía más a su gran amor...

Porque ella sabe mejor que nadie lo que es perder a un hijo y sentir cómo una espada te atraviesa el corazón, pero también conoce el gozo que trae la resurrección...

María estuvo conmigo también en esos escasos minutos en que mi hija se perdió en un parque lleno de gente. Y dulcemente me llevó, con los ojos nublados de lágrimas y de agradecimiento, a donde mi pequeña estaba.

María sigue conmigo en mis esfuerzos diarios, en mis dudas, en mi impaciencia...

Cuando los días de cuarentena se hacen largos y empiezan a pesar, recurro a mi Dulce Madre, la busco en oración y bajo su manto me siento confortada.

Cuando confío, de verdad, en Jesús y en María, sé que todo estará bien.

La que guía, la que seca el llanto, la que endulza las tristezas.

Esa es María.

La que intercede, la que llora contigo, la que abraza y la que no te deja.

Esa es María.

Ella te mira todos los días y no descansará hasta mostrarte el camino de regreso a Jesús.

¡Toda Hermosa eres María!

Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Nelly Sosa nació en Monterrey y es comunicadora, esposa y mamá católica homeschooler de tres hijitos que no dejan de sorprenderla todos los días. Su gozo por reencontrarse con Dios en un pequeño pueblo en Pennsylvania la inspiró a compartir sobre su camino de fe en El Árbol Menta. Cree firmemente que la Palabra de Dios, los Sacramentos y el apostolado cambiarán al

mundo.

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