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Esperanza: Cómo vivir la confianza en Dios

Este post fue publicado originalmente en inglés en To Jesus, Sincerely y fue traducido y publicado en El Árbol Menta con permiso de su autor.

Un moderno examen de conciencia (Pero no tan moderno... aquí somos fieles a las enseñanzas de la Iglesia Católica).

En Dios está mi salvación y mi gloria: Él es el Dios que me ayuda, y mi esperanza está en Dios. Salmo 61:8.

Nuestra esperanza en Dios es diferente a decir por ejemplo: "ojalá que neve". La virtud teologal de la esperanza no es nada más algo que deseamos y esperamos que suceda.

Cuando esperamos en Dios, no es que deseemos que las cosas buenas lleguen mágicamente a nosotros. Esperanza significa que creemos en la eterna salvación y que oramos y actuamos con confianza para alcanzarla.

Creer.

Orar.

Actuar.

Eso es Esperanza.

La Esperanza nos da confianza en Dios y nos permite hacer de la salvación nuestra meta en la vida. Mantiene nuestros ojos en el Cielo. Nos da alegría aún en medio de nuestro pesar. La virtud teologal de la esperanza se nos da en el Bautismo, junto con la fe y la caridad.

El vicio opuesto a la Esperanza es la presunción.

La presunción es el pecado por el cual esperamos que Dios haga todo el trabajo, mientras nosotros vivimos en el carril de alta velocidad. Surge cuando no actuamos de acuerdo a nuestra fe en Dios.

De la mano con la presunción llega la desesperanza. En la desesperanza no sólo perdemos la voluntad de actuar por nuestra salvación, sino que también dejamos de creer de que Dios puede salvarnos.

Mantengamos nuestros ojos en el Cielo con más confianza que "ojalá que neve". Creamos, oremos y actuemos cada día con la confianza de que nos salvaremos.

Cómo crecer en la Esperanza

Aprende sobre la Esperanza

  • Infórmate. Lee este reto despacito y cuidadosamente. ¿Entiendes el significado de la esperanza como una virtud teologal y más que como sólo un deseo? Tómate el tiempo de reflexionar, meditar y escribir sobre la esperanza. Identifica algunas formas en que puedes hacer actos de esperanza, rendir tu voluntad al plan de Dios y trabajar para llegar al Cielo.

  • Profundiza. Busca más información en el Catecismo y en libros y artículos católicos sobre esta virtud.

Haz Actos de Esperanza

  • Exprésalo con palabras. La Esperanza es nuestra confianza en Dios. Que creamos en Su omnipotencia, Su bondad, Su Plan Divino. Pon tu esperanza en palabras. Dile a Dios cuán poderoso es, cuán bueno es Él. Dile: "Sé que tienes planes para mi, Dios". Repite frecuentemente este mes la oración para obtener indulgencia (en tu "Guía para el Refri"): "Jesús, en Ti confío". Aún si no lo sientes, ¡dilo! Tus palabras son un acto de esperanza e incrementarán tu confianza en Dios.

  • Ora con confianza. Cuando ores, sé consciente de que tu oración será escuchada. Cuando le pedimos algo a Dios, siempre queremos que Dios diga que sí. Pero a veces no nos dice que sí porque Sus planes son diferentes a los nuestros. Ya sea que Dios diga que sí o que no, Él te escucha y quiere lo mejor para tí. Tus oraciones traen gracia consigo, sin importar cuál sea la respuesta de Dios.

  • Mira con amor. Mira amorosamente al Crucifijo en tu casa, la imagen de la Divina Misericordia, o a Jesús oculto en la Eucaristía. Aún sin palabras, tu mirada amorosa es un acto de esperanza.

Ríndete al Plan de Dios

  • Ve la voluntad de Dios. Es difícil. Especialmente en medio del dolor, el sufrimiento y aún la persecución. Algunas veces el dolor en nuestra vida no tiene sentido para nosotros. Da un paso atrás y trata de ver tu vida como Dios la ve. Su plan, cualquiera que sea, terminará contigo en el Cielo. No pierdas eso de vista.

  • Deja que Dios te conduzca. A veces creo saber la voluntad de Dios para otras personas. Me encanta dar consejos. "Reza el Rosario. Ve a Adoración". Pero yo no soy Dios. La gente es libre de tomar o no mis consejos. Y aunque eso sea para mí difícil de entender, debo recordar que Dios tiene un plan para mi amiga, y que Él le dará la gracia y la inspiración que necesita. Si juzgas la vida espiritual de alguien basado en lo que piensas que ella debería o no estar haciendo, déjalo ir. Deja que Dios lleve a cabo Su Plan en ella.

Trabaja para acercarte al Cielo

  • Haz que el Cielo sea tu meta. Tu salvación es tu más alta prioridad. Haz que tu vida y tu agenda reflejen eso. ¿Cuál es tu motivación en cada decisión que tomas? ¿Placer? ¿Éxito? o ¿El Cielo? Elije lo que te haga una mejor persona. Lo que te acercará a Dios. Lo que te llevará al Cielo.

  • Recuerda las últimas cuatro cosas. Muerte. Juicio. Cielo. Infierno. Nuestra vida entera se reduce a estas cosas. Todos moriremos, nos encontraremos con Dios y daremos cuenta de cómo vivimos nuestra vida. Y todas nuestras decisiones apuntarán hacia el amor a Dios: Cielo, o el rechazo de Dios: Infierno. No quiero escandalizarte, pero esto no es cualquier cosa. Tómate el tiempo de reflexionar en esta realidad.

Cómo evitar la presunción y la desesperanza

Identifica el Pecado

  • Aprende sobre la presunción y la desesperanza. Lee este reto con cuidado. La presunción es el pecado de desatender nuestro trabajo por la salvación. Es cuando esperamos que Dios haga Su parte sin hacer la nuestra. Esta actitud puede llevarnos a pecar sólo porque Dios nos perdonará. La desesperanza es la pérdida de confianza en Dios y la desmotivación por nuestros errores.

  • Examínate a tí mismo. Una vez que quedaron claros cuáles son los pecados de presunción y desesperanza y cómo se manifiestan, toma tiempo para reflexionar. Examina tu vida. Identifica estas tendencias en ti mismo y las sacaremos de raíz en este mes.

Evita los pensamientos negativos

  • Escúchate. Cuando las cosas se ponen difíciles: cuando estás frustrado, cansado o ansioso, cuida los pensamientos en tu cabeza. ¿Cómo te hablas a ti mismo? Date cuenta. ¿Te estás edificando o te estás desmotivando?

  • Evita la plática negativa. “No puedo hacer esto... no puedo hacer esto... Las cosas nunca van a cambiar”. Si notas que tus pensamientos son negativos y desmotivantes, FRÉNALOS. Silencia esa voz en tu cabeza. Rechaza esos pensamientos. Y en lugar de eso...

  • Háblate positivamente. Motívate a ti mismo en medio de las dificultades. Di cosas como: "Puedo hacerlo... esto no durará para siempre... Dios ayúdame a salir adelante". Anímate a ti mismo en los tiempos difíciles y quita la vista de tus problemas para centrarte en Dios.

Evita la presunción

  • Aquí está el asunto. No peques sólo porque podrás confesarte más adelante. ¿Crees que puedes salir de fiesta el viernes y tomar alcohol de más, sólo porque puedes ir a confesarte el Sábado? Piénsalo de nuevo. Eso añade otro pecado a la lista: la presunción. Deja de tomar a Dios a la ligera. ¿Tú mejor amiga te lastimaría porque sabe que puede pedirte disculpas después? Por supuesto que no. Y Dios tampoco.

  • No vivas únicamente de la fe. La Biblia es muy clara en que "la fe sin obras está muerta" (Santiago 2:26). Es maravilloso confiar en la gracia de Dios y saber que Él nos salvó. Pero tenemos que hacer nuestra parte. Tenemos que trabajar por nuestra salvación como si todo dependiera de nosotros. "Demostraré mi fe en ti a través de mis obras" (Santiago 2:18). No esperes hasta mañana. Trata de ser mejor cada día. Puede que Dios no nos de un mañana. No podemos dejar nuestra salvación para el futuro. Necesitamos decidirnos a mejorar hoy. A tomar mejores decisiones hoy mismo. Haz las pequeñas cosas: una oración rápida, un pequeño sacrificio, un simple acto de amor. No presumas que Dios te dará más tiempo para corregir tu vida.

Evita la Desesperanza

  • No te desanimes. Todos tenemos pecado original. Todos hemos caído y cometido errores. Todos cometemos errores con frecuencia y eso puede hacernos sentir fatal. Pero, ¡no dejes que tus errores te desanimen! Recuerda que Dios te ama sin importar nada. Su perdón no tiene límites. Él no espera que seamos perfectos, sino que no dejemos de intentarlo.

  • Acepta tus pesares. Dios tiene un plan. No estoy diciendo que Él quiera que sufras o que esté tratando de hacerte caer. Pero Dios permite que algo malo suceda -a través de nuestras decisiones y por causas naturales como la enfermedad (como resultado del pecado original). Y Dios en Su omnipotencia, siempre encontrará la forma de traer bien de esto -en esta vida o en la siguiente. Acepta tu sufrimiento. Es muy difícil. Lo sé. Pero esto nos ayudará a encontrar paz y alegría en medio del sufrimiento.

  • Regresa a Dios con confianza. Cuando pecamos, sabemos que tenemos que regresar a Dios con pesar y arrepentimiento. Pero también necesitamos ir un paso más allá. Necesitamos regresar a Dios con la confianza de que Él nos dará la gracia para no volver a caer. Y necesitamos orar por esa gracia. Y actuar con esa confianza. Nos alejaremos de nuestros errores más rápidamente y con mayor facilidad cuando pongamos nuestra confianza en Dios. (Cada noche durante este reto haremos oración de esta manera).

Únete al Reto:

¿Estás listo para crecer en la Esperanza? ¡Comenzamos! Aquí está lo que hay que hacer:

1. Prepárate. Si no lo has hecho todavía, lee este artículo sobre Esperanza cuidadosamente y reflexiona sobre lo que significa en tu vida.

2. Imprime tus materiales y ponlos en lugares convenientes en tu casa. Si lo deseas, únete al Virtue Challenge Team en Facebook.

3. Cada mañana, empieza el día con la oración (encuéntrala en la Guía para tu Mesita de Noche). Durante el día, usa tu Guía para el Refri, para ayudar a integrar la Esperanza. Tu Guía para el Refri tiene recordatorios y algunos extras (como una oración para ganar indulgencias)

4. Cada noche, haz el examen de conciencia (encuéntralo en la guía de tu Mesita de Noche). Este es un repaso de tu día, paso a paso, incluyeuna oración de perdón con la idea de mejorar el día de mañana.

5. Antes de confesarte (o una vez a la semana, por lo menos), lee el Examen de Conciencia. Reflexiona no sólo en tus pecados y faltas, sino en cómo te ha bendecido Dios con la oportunidad de crecer en virtud.

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