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No todos los salones tienen cuatro paredes: Nuestras razones para hacer Homeschool


Tenemos poco camino recorrido en este estilo de vida, porque, al final del día el Homeschool más allá de un sistema para aprender, es eso… un estilo de vida.

Cuando te conviertes en padre o madre de familia, los hijos van creciendo y de pronto te llega la pregunta del millón: “¿A qué escuela van a entrar mis hijos?”.

Comienzas a buscar opciones y comparas calidad, precios, distancias, instalaciones, valores, etc. En nuestro caso, dentro de esta búsqueda incansable de opciones, descubrimos el Homeschool.

Yo lo conocía por medio de algunas bloggers de Estados Unidos, pero jamás me imaginé que en México existiera esta alternativa. Pero como nada es casualidad en esta vida, un día en Facebook me apareció una página de Homeschool en México.

Unos meses más tarde, surgió la oportunidad de que nuestra familia se cambiara de ciudad y con ello aprovechamos para sumergirnos en esta nueva aventura.

¿Nuestras razones para hacer Homeschool? Aquí van:

1. Cada ser humano es único. Todos tenemos diferentes maneras de aprender. Si nos encasillamos en una sola forma de conocimiento, nuestros talentos pueden quedar desaprovechados y Dios quiere que: a) descubramos nuestros talentos b) los pongamos al servicio de los demás.

2. Misión. Cuando Dios nos bendice con nuestros hijos, nos encomienda una tarea (para nada fácil) de educarlos en la fe y en el amor. Lo académico también importa, pero tenemos que tener en claro que es más importante formar hombres y mujeres integrales y eso se inculca en la casa.

3. Comunidad. Y con esto hago referencia a uno de los puntos más escabrosos del homeschool, que es la socialización. No, mis hijos no están encerrados en mi casa 24/7. Por supuesto que salimos y paseamos con otras familias. La mayoría de ellas tiene en claro que la formación que estamos dando es para poder hacer una sociedad más humana. Cuando nuestros niños conviven; juegan, platican, corren… nadie hace menos a nadie, puedes ver a un niño de 10 años jugando perfectamente con uno de 5 y terminan siendo buenos amigos. Y es donde te puedes dar cuenta de que la verdadera socialización de la vida real no discrimina y que sí aporta.

4. Formación. Al educar a nuestros hijos en casa no hay una presión de horarios. Tenemos la oportunidad de hacer rutinas de quehaceres (de acuerdo a sus edades) en las cuales poco a poco, todos se van involucrando. De alguna manera, esto crea unión familiar y despierta el sentido de cooperación. Y en aspectos más profundos, podemos cimentar en ellos nuestra fe, valores y cultura, que difícilmente en una escuela podrían adquirir.

Estas son algunas de las razones que considero importante compartir. Hay muchas más, pero creo que estas cuatro son las básicas que nos hicieron tomar una decisión. Esperamos que Dios nos provea de la sabiduría y paciencia para poder continuar en este camino. Si ustedes se encuentran considerando el modelo educativo del Homeschool les sugiero presentarlo a Dios en la oración. Infórmense y dejen que sea Él quien los vaya guiando.

Denisse Cueto es hija de Dios, esposa de un hombre valiente y mamá de tres pequeños humanos. Fotógrafa de profesión y homeschooler por vocación. Intenta llegar junto con su familia a la santidad, un paso a la vez.

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