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El Lado Amable de la Justicia


Este post fue publicado originalmente en inglés en To Jesus, Sincerely y fue traducido y publicado en El Árbol Menta con permiso de su autor.

Un examen de conciencia moderno. (Pero no tan moderno... ¡aquí somos fieles a las enseñanzas de la Iglesia Católica!)

Cuando veo que se ha hecho el mal, mi corazón late fuerte y el coraje se me sube a las mejillas. Estoy ansiosa de que "se haga justicia". Que se apliquen los castigos necesarios, que se corrija lo que estuvo mal. Pero eso no es más que ira en su máxima expresión.

La justicia es más que una virtud castigadora. No trata únicamente de leyes, reglas y rigidez. La justicia significa dar a cada persona lo que merece, tanto en un sentido positivo, como en uno negativo.

Así que, sí, cuando alguien merece un castigo, la justicia nos permite actuar justo como Jesús lo hizo en el templo. Aventando las mesas y poniendo un alto a lo que estuvo mal.

Pero también nos recuerda que cada persona fue creada a imagen de Dios y merece ser tratada con dignidad y respeto. Los pobres merecen que sus necesidades sean atendidas. Quienes sufren merecen compasión. Nuestros hijos merecen nuestro amor y atención.

Este es el lado amable de la justicia.

La justicia necesita al amor.

De hecho, ¡la justicia y la caridad van mano a mano! Son virtudes complementarias. Sacan lo mejor una de la otra.

Pero no son sinónimos. La caridad surge cuando vemos a la otra persona como mi "otro yo". Cuando le amamos como nos amamos a nosotros mismos. Cuando hacemos por los otros lo que nos gustaría que ellos hicieran por mí. La caridad es una virtud que se mueve en la empatía.

Por otro lado, la justicia es una virtud de distinción. Es ver al otro y reconocer su independencia. Nos ayuda a delinear límites y a respetar los derechos y la privacidad de una persona. Nos permite asegurarnos de que no estamos aprovechándonos de los demás porque Dios los creó para ser quien son. Son dignos de honor y respeto, con todas sus diferencias.

Este mes, aterrizaremos en el entendimiento tradicional de la justicia: corregir los errores, restaurar el bien donde se haya hecho el mal.

Pero quiero enfocarme en el lado amable de la justicia. En los aspectos menos obvios. Descubramos juntos cómo aplicar la justicia de Dios en la vida diaria, al dar a cada persona lo que merece y respetando las diferencias entre nuestro prójimo y nosotros.

Justicia social

  • Respetar la ley

Éste es un concepto que salta a mi mente cuando pienso en justicia. La justicia de la ley. Hacer ajuste de cuentas con quien hizo mal. Lo consideramos trabajo de la policía, de quienes hacen las leyes. Ellos mantienen el país en orden. Castigan los crímenes. Pero nosotros también tenemos el deber de respetar la ley como ciudadanos. De abrocharnos el cinturón, obedecer los límites de velocidad, pagar nuestros impuestos. Necesitamos obedecer a la autoridad competente. Tenemos que dar "al César lo que es del César".

  • Ayudar a los más necesitados

Ésta es otra labor que algunas veces estamos tentados a delegar al gobierno. Esperamos que ellos alimenten a los pobres, vistan al desnudo, den techo a los que no tienen hogar.

Pero nosotros también podemos hacer nuestra parte en esto. Podemos donar dinero, donar nuestro tiempo. Podemos ayudar a que todos tengan acceso a los recursos que necesitan.

Justicia para todos

  • Respetar la propiedad

¿Alguna vez te han prestado algo que olvidaste regresar? ¿Visitaste a una amiga y al irte su casa quedó toda desordenada? Cuando se trata de respetar la propiedad de otras personas, esto no se limita a "no robarás o no destruirás". Estamos llamados a reconocer y a respetar el valor de las cosas de nuestro prójimo. Regresar ese libro. Ayudar a limpiar antes de irte. Tu amiga se merece eso de ti.

  • Respetar las opiniones

Todo mundo tiene derecho a sus propiedades y derecho a sus opiniones. El debate saludable es sano. Pero no debemos cortar lo que alguien dice o a hacerlo menos. No destruyas su propiedad intelectual como no atacarías sus propiedades o sus cosas.

  • Respetar la privacidad

Somos tan curiosos. ¿Por qué esa pareja no se ha embarazado? ¿Por qué no vinieron a mi fiesta?¿Qué están haciendo en el consultorio de ese doctor? Pero es injusto seguir averigüando. Necesitamos respetar el derecho a la privacidad de las otras personas. Respetar los límites de la relación. Existe una cierta distancia entre tu prójimo y tú. Mientras más cercano seas a un amigo, más detalles de su vida te compartirá. Pero tratar de sacar más información de la que alguien te quiere compartir es buscar chisme.

Justicia en nuestras relaciones

  • Aprender su lenguaje del amor

Descubre los lenguajes de amor de cada uno. Todos merecemos ser amados de manera que podamos entenderlo, de forma que nos sintamos amados. Me siento amada cuando mi esposo me ayuda. Siento que lo amo cuando yo le ayudo también. Pero él se siente querido a través de un abrazo, un beso, un masaje en la espalda. Él merece ser amado de esa manera. Así que es mi deber honrar eso, darle el amor de la forma que él lo busca. Y es su deber hacer lo mismo por mí. Esto es justicia en el amor.

  • Amar en un mal día

Un día, hice planes para pasar un día en la playa con mi familia. Cuando nos levantamos, estaba emocionada, feliz, lista para irnos. Pero mi esposo tuvo un problema en el trabajo, estaba estresado, distraído y molesto. Me empecé a molestar al ver que no compartía mi emoción, pero me di cuenta de que él también tiene derecho a tener un mal día. Necesita apoyo y comprensión, no que lo condene. Necesita su espacio. Así que decidí respetar su estrés y cómo se sentía. Decidí ser justa y aceptar que estaba teniendo un mal día. Dale a tu esposo (novio, colega, y a cualquier persona) el apoyo y la dignidad que merecen en un mal día.

  • Aceptar las diferencias familiares

Ok, esto es difícil. Tú eres quien eres por tus padres, tus ancestros y por las decisiones que has tomado. No importa qué, ellos siempre serán parte de quien eres tú eres. Lo mismo aplica para tu esposo. Su familia tuvo una gran influencia en hacerlo el hombre que es -el hombre que conoces y que amas. No podemos borrar cada reflejo de nuestros suegros que nos moleste de nuestro amado esposo. Él no debe convertirse en tu "otro yo". Debemos crecer y cambiar juntos, convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos, y al mismo tiempo, respetar e incorporar las diferencias de una forma bella.

Justicia para padres

  • Sólo disciplinar

"Dales lo que merecen". Pero no de una forma vengativa, aunque a veces no lo aprendan a la primera. Es nuestro deber enseñarles a reconocer el bien del mal de manera que puedan entenderlo. Pon todo de tí para evitar disciplinar enojada. En lugar de eso, enfócate en consecuencias lógicas y en lecciones para la vida. Porque tus hijos merecen la oportunidad de aprender, de equivocarse y de ser guiados amorosamente hacia lo correcto.

  • Dar a tus hijos autonomía

Está hermosa: es igualita a ti. Él tiene sentido del humor. Te recuerdan tu niñez. Tus hijos se parecen a ti, pero no serán tu "mini-me". A ellos les gusta el chocolate, a ti la vainilla. Ellos juegan soccer, tu jugabas basquetbol. A ellos les gusta estar al aire libre, tú eres un ratón de biblioteca. Recuerda esto, mientras vistes a tus niños. Tú puedes tener frío, pero si ellos están corriendo por todos lados, no necesitan sudadera. Dios hizo a tus hijos quien son, con sus propias pasiones y personalidades. Celebra sus diferencias y no sólo las similitudes que tienen contigo.

  • Cuidar las necesidades de tus hijos

Sabemos como padres que tenemos el deber de proveer a nuestros hijos de comida, vestido, casa y educación. Necesitamos asegurar que sus necesidades básicas estén cubiertas. Pero con frecuencia pasamos por alto las necesidades emocionales de nuestros niños. Necesitan nuestro amor, atención, abrazos, compasión.

En esta era digital, es muy fácil distraernos en las redes sociales, para detrimento de nuestros pequeños. Ellos merecen ser escuchados y respetados. Está bien que no les guste la ropa que se pusieron y sentirse tristes por ese juguete que se rompió. No les digas "No estés triste", o "deja de llorar". Eso no es ser un padre o madre de familia, eso es bullying. Adopta un espíritu de justicia emocional hacia tus hijos. Quédate con ellos cuando necesiten hablar, llorar, reír o simplemente abrázalos.

Toma el reto:

¿Estás listo para crecer en la justicia? ¡Vamos a arrancar! Aquí está lo que necesitas:

  1. Prepárate. Lee de nuevo este post detenidamente y reflexiona sobre lo que significa en tu vida. Imprime tus materiales y déjalos a la mano.

  2. Cada mañana, empieza el día haciendo oración (encuéntrala en la Guía para la Mesita de Noche).

  3. Durante el día, usa tu Guía del Refri para ayudarte a integrar la justicia en tu vida. Tu guía tiene recordatorios breves y algunos extras (como una oración para obtener indulgencia).

  4. Cada noche, reza el Examen Nocturno (encuéntralo en tu Guía para la Mesita de Noche). Esta es una evaluación de tu día. Incluye una oración de perdón para recomenzar, si es necesario, al día siguiente.

  5. Antes de confesarte (o una vez a la semana por lo menos), lee detenidamente el Examen de Conciencia. Reflexiona no sólo en tus pecados y fallas, sino también en cómo Dios te ha bendecido al crecer en virtud.

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