Una Vida en Plenitud
"El hombre no puede vivir sin amor. Permanece como un ser incomprensible para él mismo, su vida no tiene sentido, si el amor no se le rebela, si no encuentra al amor, si no lo experimenta y lo hace suyo, si él no participa íntimamente en éste. Por eso, como ya se ha dicho, es que Cristo Redentor "se rebela enteramente al hombre"... Juan Pablo II, Redemptor Hominis.
Existe en el hombre y la mujer un deseo muy grande de vivir en plenitud, su espíritu siempre de forma natural aspira a esto. La misma naturaleza con la que Dios nos creó está diseñada para vivir plenos. Sin embargo, a través de la ruptura llamada pecado original, ha sido herida nuestra naturaleza humana y esto ha repercutido en la manera de manifestar nuestra sexualidad. Por eso, cuando el sexo se volvió fácil de conseguir, el amor se volvió difícil de encontrar.
Hace casi tres años inicié un nuevo camino cuando recibí la invitación para formar parte del equipo de un Taller de Castidad en donde compartiríamos y educaríamos a los jóvenes en ésta virtud. Debo confesar que, por ser un llamado del Señor, acepté de primera instancia, sabía que Él tenía un proyecto para mi. Lo que no imaginaba era que al descubrir la belleza de esta virtud, recibiría un gran regalo, un regalo que me llevaría a descubrir el verdadero amor, el Amor en Plenitud.
¿Y cómo fue que un Taller de Castidad me ayudó a descubrir la felicidad? Porque en él confirmé que Dios es amor y que todo lo que procede de Él está íntimamente relacionado con el amor, desde lo más grande, toda la Creación, y especialmente, nosotros, el género humano.
El Señor nos ha dicho: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios". Y así es. Nada opaca más la mirada sobre las realidades espirituales que la impureza de pensamientos, de sentimientos y del cuerpo. Dios, que nos creó con amor y para el amor, conoce el camino perfecto hacia nuestra felicidad y en su Palabra nos deja el camino que debemos seguir para llegar a ser plenamente felices.
Pero, ¿qué pasa? Creemos que podemos encontrar rutas más atractivas y más “sencillas“ para lograrlo, cuando sólo Él que nos creó sabe lo que es bueno para nosotros. Es como cuando una persona inventa un producto y deja un instructivo sobre cómo funciona e incluye las precauciones sobre qué cosas podrían dañar el producto. Bueno, de la misma forma, nuestro Creador nos dejó en su Palabra estas instrucciones...
La Castidad es un llamado para todo bautizado en cualquier vocación, soltero, casado, sacerdote o religioso. Este mes de Marzo más de 100 jóvenes realizaron una promesa solemne ante el Altar, elegieron para ellos un nuevo camino: Vigilar en todo momento aquello que atente contra la pureza del alma y del cuerpo, y aquello que corrompa su libertad.
Y tú, ¿qué tanto conoces sobre la virtud de la Castidad? Si aún no has leído "Teología del Cuerpo" de San Juan Pablo II, te lo recomiendo muchísimo.
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Jaquie Jasso vive en Monterrey, N.L., es comunicadora, mujer emprendedora católica, feliz de compartir la buena Nueva del Evangelio. Actualmente coordina el Movimiento-Taller "La Plenitud de Vivir en Castidad".