Milagros Eucarísticos para Niños... y ¡para Todos!
Desde hace unos meses he estado escuchando “Milagros Eucarísticos para Niños”, un podcast de Juan Diego Network donde participa mi querido ahijado Marcelo, e he invitado a mi hijo menor a escucharlo.
Entre Marcelo, su papá Antonio y Ximena lo hacen muy divertido y mi chiquillo no para de reír mientras aprende sobre esta gran verdad que sucede en cada Misa.
Aprovecho cuando voy en alguna vuelta y lo pongo mientras manejo. He de confesar que a veces me adelanto y no espero a que estemos juntos mi hijo Pepe y yo para escucharlo (pienso para mis adentros que no importa que lo haga, pues como quiera tengo que escucharlo varias veces para retener tan valiosa información).
En una de esas, al terminar un episodio, me puse a recopilar en mi mente varios Milagros, en los estudios que hicieron algunos científicos al presentarse este hecho visible, concluían varias cosas en común:
El tipo de sangre siempre era el mismo (AB), el tejido que encontraban pertenecía al músculo del corazón (miocardio), había presencia de glóbulos blancos, lo cual sólo se puede dar en una persona viva, además en los estudios se veía que ese tejido era el de una persona que estaba sufriendo mucho…
En ese momento me cayó el veinte una vez más de que, en cada Misa, en la consagración, Jesús se hace presente en el pan y en el vino. Y no sólo eso, trae un mensaje que nos dice que está aquí: ¡vivo, presente y muriendo de amor por cada uno de nosotros! Literalmente... y ¡es un mensaje eterno!
En la siguiente Eucaristía a la que asistí seguía perpleja pensando, ¿cómo puedo responder a tanto amor? Tengo que morir de amor también por Él, por los suyos, por los que me ha dado y por los que me encuentre en el camino.
No es fácil obviamente, pero Él es el Maestro, aprendemos de Él, aunque nos tome toda la vida terrenal… cada día es un ensayo y lo vamos perfeccionando con su favor y su gracia.
Como en la parábola del Buen Pastor cuando dice… “El Buen Pastor de la vida por sus ovejas…” (Jn 10,11) dar la vida… darse en vida. Ayúdame Señor a no olvidar tu mensaje de amor y a responderte cuantas veces pueda en todos los que amas.
Rossana Guzmán nació en Monterrey, México. Es esposa y mamá católica y es formadora del catecismo de El Buen Pastor. Le apasiona conocer cada vez más a Jesús para avanzar diariamente en el camino espiritual y le gusta orar cantando.
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