PFN: Otra opción sería más fácil, pero nada sería tan satisfactorio
Tengo varios años participando en pláticas prematrimoniales compartiendo sobre la fertilidad humana y los métodos de Planificación Familiar Natural (PFN).
Puedo decir que mi tema es del que más expectativas tienen; también es el que más les gusta y al mismo tiempo es el más rechazado.
Y es que escuchar que la Iglesia nos pide apertura a la vida y nos reconoce capaces de “regular” nuestra fertilidad manera natural causa emoción, asombro y miedo al mismo tiempo.
Emoción por aprender algo nuevo. En verdad es un tema muy esperado, sólo el 3% de las mujeres a nivel mundial conoce su ciclo menstrual, es muy raro que de las parejas que asisten a las pláticas prematrimoniales alguna ya conozca o esté comenzado a conocer su ciclo. En 5 años que tengo participando en estás pláticas, entre los asistentes sólo he conocido 4 parejas que ya estaban trabajando para conocer su ciclo menstrual durante su preparación prematrimonial.
Asombro porque descubren la maravilla del ciclo menstrual, que todo está perfectamente diseñado para varios propósitos relacionados, no sólo con la creación de una nueva vida, sino para que el organismo se mantenga saludable y funcionando de manera adecuada. Asombro por darse cuenta que son capaces de entender su ciclo menstrual, reconocer y apreciar su fertilidad de manera natural y también lo bien diseñados que somos al entender cómo funciona la fertilidad combinada, es realmente una maravilla cómo se complementan la fertilidad femenina y masculina.
Miedo a lo que hasta ahora es desconocido, miedo a no ser capaces de cumplir con la encomienda de permanecer abiertos a la vida. Miedo a equivocarse, a no tomar la decisión correcta de cuándo y cuántos hijos tener, miedo a que el método "no les funcione" y esta decisión de “planear” de manera natural termine no encajando con sus otros planes. Miedo también al “qué dirán los demás” y que se les catalogue como irresponsables. Y aunque el miedo causado por el desconocimiento y la ignorancia es nuestro enemigo número uno a vencer, también he visto muchas parejas conmoverse por esta invitación y que han dado el “sí acepto” a este maravilloso plan para el matrimonio.
Como todas las cosas buenas, conocer tu ciclo menstrual y practicar la PFN requiere tiempo, esfuerzo, dedicación, disciplina.
También requiere abandono y generosidad para comprender el privilegio tan grande que tenemos al ser co-creadores, reconocer que no somos dueños de la vida, que los hijos son un don y que como tal no podemos exigirlos pero tampoco rechazarlos.
Si te encuentras en tu preparación pre matrimonial y tienes la oportunidad que alguien te hable sobre la enseñanza de la apertura a la vida y la planificación familiar natural pídele a Dios que no sólo abra tus oídos sino también tu corazón, para recibir esa enseñanza e invitación sabiendo que todo es para su bien como esposos y el de su familia.
Si ya son un matrimonio de meses o quizá de muchos años y esta enseñanza llega a ustedes ahora, no la rechaces, estoy segura que nunca es tarde para aprender y poner en práctica esto que como alguna vez escuché es “un llamado a la grandeza”.
Hay muchas opciones para que puedan planear su familia, muchas de esas opciones serían más fáciles que la PFN, pero ninguna sería tan satisfactoria.
Mónica Martínez es esposa y mamá católica de 2 hijos, instructora de métodos de reconocimiento de la fertilidad (FertiltyCare Practitioner) desde hace 8 años.
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