La Sábana Santa: Un Testigo Silencioso de Cristo
Hace unos meses en la comunidad del Regnum Christi en Monterrey, tuve la bendición de apreciar la exposición "¿Quién es el Hombre de la Sábana?" que busca presentar evidencias de nuestra fe a un mundo escéptico.
La muestra se enfoca en la Sábana Santa de Turín, que por años ha sido objeto de polémica y para muchos es testigo silencioso de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
La Sábana Santa (o el Sudario de Turín) es un lienzo de lino tejido en forma de espina de pescado. Mide 4.36 m de largo por 1.10 m de ancho, con una franja de 8 cm del mismo tejido (cocida a lo largo del borde superior de éste).
La tela revela la imagen frontal y dorsal de un hombre que falleció al ser crucificado. La parte anterior y posterior del lienzo ha conservado una débil imagen de color marrón claro (sangre) cuya intensidad varía en función de la distancia entre el cuerpo y la tela.
Decía San Juan Pablo II que: "La Sábana Santa habla en su silencio de una manera maravillosa para el que cree, pues en la reliquia le permite contemplar los tremendos sufrimientos a los que fue sometido Jesús y asomarse a los indicios de su resurrección gloriosa".
En la exposición tenían la copia de la Sábana Santa en tamaño original ó como positivo y también como negativo, en forma de holograma (basado en la información tridimensional de la imagen en escala de grises).
Imagen de la Sábana Santa en tamaño original (positivo).
Una de las cosas que más me llamó la atención fue que éste holograma daba la apariencia de que el rostro de Jesús te seguía, desde cualquier ángulo que lo vieras.
La imagen del cuerpo de Jesús, torturado y muerto en la cruz, impresa en esta tela, ha sido estudiada con los más avanzados instrumentos científicos de nuestro tiempo. Sin embargo, sigue siendo un enigma.
Como afirma el Papa Benedicto XVI: "No existe otra alternativa: la razón y la fe, la ciencia y la tecnología tienen que volver a encontrarse en su autonomía, su distinción y su complementariedad, es decir, sin disolverse la una de la otra".
Y creo que así ha sido en este caso porque, a lo largo de los siglos, el lienzo ha fortalecido la fe de millones de cristianos. Ha aumentado su sensibilidad ante los sufrimientos de la gloriosa Pasión de Cristo y ha inspirado una respuesta de amor.
Imagen impresa en la Sábana Santa (negativo).
Visitar la exposición y escuchar las explicaciones del Hermano Jesús David Muñoz, me llevaron a una profunda meditación sobre el más grande acto de amor de Cristo. Pude acercarme al sufrimiento que padeció nuestro Señor por la humanidad.
Al escuchar lo que hacía cada instrumento (corona, clavos, peso de la cruz) en su Cuerpo Santo, entiendes, aún más la inmensidad de su amor.
La Corona de Espinas no es como la imaginamos...
Durante el recorrido, el Hermano Muñoz habló de las siete palabras que Jesús pronunció en la cruz y en cómo son palabras que le costó tremendamente pronunciar. "Era un hombre agonizante, enmedio de un dolor indescriptible, pero lo que dijo es su testamento", dijo.
Una de esas siete palabras es "Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen" y me quedé pensando... En efecto, si en cada uno de nuestros actos en los que nos lastimamos o lo lastimamos supiéramos lo que hacemos, no cometeríamos pecado alguno.
Si tú y yo sabemos qué nos separa del amor de Cristo, ¿porqué no lo evitamos? Pero Jesús tan misericordioso como es, entiende nuestra humanidad y quiso ofrecer todo ese sacrificio por ti y por mí en la cruz...
Al visitar la exposición, que recomiendo ampliamente, la fe me confirmó que la imagen gloriosa y el resplandor de nuestro Señor se fijaron en un lienzo. Que su amor inmenso se quede impreso en nuestro corazón, en nuestro ser.
*Algunos sitios de interés para conocer más sobre la Sábana Santa:
Jaquie Jasso vive en Monterrey, N.L., es comunicadora, mujer emprendedora católica, feliz de compartir la Buena Nueva del Evangelio. Actualmente coordina el Movimiento-Taller "La Plenitud de Vivir en Castidad".