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Dios no se Apura...


Recuerdo una canción que nos ponían en el Colegio para hacer las filas en el patio, antes de entrar a las clases. Tenía el título de este post: “Dios no se apura”. Hablaba de cómo Dios va formando todo con delicadeza y a su tiempo. El agricultor siembra una semilla y la cuida con esmero hasta cosechar su fruto; la formación lenta, incesante y maravillosa de un bebé en el seno de su madre... todo toma tiempo.

Hace dos semanas empecé a asistir a la formación para ser guía en la Catequesis del Buen Pastor. Me llamaba mucho la atención ésta preparación en la fe porque el método que emplean (voy comenzando mi segundo año como auxiliar) está basado en el conocimiento y observación del niño. Al adulto sólo le corresponde guiarlo y preparar el ambiente para que los niños se pongan en contacto con la palabra de Dios.

La Catequesis del Buen Pastor se inicia en 1954 por el impulso de la alegría de los niños, satisfaciendo la exigencia vital más esencial: el amor. Así nace la “Associazione Maria Montessori per la Formazione Religiosa del Bambino” en Roma, Italia, fundada por Sofía Cavalletti y Gianna Gobbi y aprobada y apoyada por el Vicariato de Roma.

En este curso nos han platicado que entre Dios y el niño hay una unión muy especial, los chiquitos entre 3 y 6 años son curiosidad pura y amor genuino, por lo que teniendo una real experiencia de vida presentándoles el Evangelio, es acogido con mucho entusiasmo. Pero volvemos al principio, todo toma tiempo...

A veces quisiera que mis hijos, el mayor tiene 8 años y el pequeño 4, comprendieran mis “deseos” de inmediato cuando quiero transmitirles algo. La Catequesis del Buen Pastor me ha invitado a ser paciente y a observar, a hablar siempre en positivo y a dejar que el niño viva el aprendizaje con las herramientas que tiene. Ha sido un gran reto, pero para mi sorpresa, he visto que el método funciona.

Sofía Cavalletti dice: “Si queremos ayudar al niño a estar más cerca de Dios, debemos con paciencia y cariño tratar de llegar al núcleo vital de las cosas. Esto requiere estudio y oración. El niño puede ser nuestro maestro si sabemos cómo observarlo.”

No tenemos que entender lo que el niño percibe cada vez que observa o escucha algo nuevo, pero sí hay que comprender que algo se está sembrando en su mente y en su corazón, a su manera y a su tiempo. Por lo mismo, es necesario aprender a esperar, no todos los niños tienen el mismo ritmo y no por lograr conquistas a distinto tiempo significa que vivirán atrasado en comparación a otros.

Santa Teresita del Niño Jesús escribió en “Historia de un Alma” que es una desgracia no formar a los niños cuando apenas despiertan a la razón, cuando son como cera blanda sobre la que pueden grabarse las huellas de las virtudes o de los vicios.

Sí, es muy importante darles una introducción a la fe. Pero como Catequistas o como Mamás, es básico distinguir la naturaleza de cada alumno, para evitarnos frustraciones, por ejemplo, hay niños inquietos que pueden responder mejor si se les da “responsabilidad” (sujetar la biblia, acercarla, escribir algo, declararlo como un ayudante especial, etc). Así podremos ir dejando en su corazón “huellitas” del amor del Padre desde temprana edad, sin prisa, pero con mucho cariño.

Presentándoles la palabra de Dios, por ejemplo, las parábolas, y cuestionarles qué piensan de ella, qué creen que les quiere decir ese mensaje y, a medida que se va deduciendo el mensaje, hacer más preguntas como: ¿Qué crees que sintió el personaje?, ¿qué crees que lo haría sentir mejor? Las respuestas me ha tocado presenciar son sorprendentes y hasta mejores que las que nosotros pudiéramos dar. Cada niño es tierra fértil y todos, a su tiempo, darán su propio fruto.

Si así lo deseas, te invito a que busques la Catequesis del Buen Pastor en tu localidad. Hay muchos atrios alrededor del mundo. Los niños pueden ingresar desde los 3 años y hasta los 5 años a primer nivel. A los 6 años inician segundo nivel y son invitados, de acuerdo a su madurez, a participar en los sacramentos (Confirmación y Primera Comunión). Este año se celebran 40 años del inició de esta catequesis en México y sigue creciendo en cantidad de alumnos y en catequistas, gracias a Dios. Si tus hijos se encuentran yendo a otro catecismo, podrías complementar en casa con estas técnicas, la recompensa será grande.

Santa Teresita nos lo explica mejor: “...Es necesario reconocer desde los primeros años lo que Dios pide de las almas y secundar la acción de su gracia, sin precipitarla ni retrasarla nunca. Como los pajarillos aprenden a cantar escuchando a sus padres, los niños aprenden la ciencia de las virtudes, el canto sublime del Amor Divino, con el ejemplo de las almas encargadas de formarles para la vida.”

*¿Te interesa saber más? Consulta: http://catequesisdelbuenpastormexico.org/directorio.html.

Rossana Guzmán nació en Monterrey, N. L. Es esposa y mamá, miembro activo del Apostolado “Makarias” y voluntaria en la Catequesis del Buen Pastor. Le apasiona conocer más para lograr el crecimiento espiritual.

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