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La Riqueza de un "Sí"


Una noche mi esposo me despertó a las 2:00 am: "Ven a ver la lluvia de estrellas", me dijo. Esta vez, a diferencia de ocasiones anteriores, no me resistí, me levanté como resorte y acepté la invitación. Adormilados, pero con gran expectativa, nos sentamos en la banqueta a contemplar el mejor espectáculo de la naturaleza que alguna vez se había desplegado ante nuestros ojos.

-¿Por qué tardé tanto en decirte que sí?- le pregunté mientras los destellos de luz se seguían mostrando aleatoriamente en la oscura pantalla de la noche. Estuvo hermoso. Será una de esas experiencias que recordaremos, seguramente, hasta que seamos ancianitos. Y fue espontánea, natural, no requirió de mayor logística que un "Sí".

¿De cuánto nos perdemos cuando nos resistimos, cuando pensamos de más, cuando posponemos..?

Hace un año y medio empecé a hacer voluntariado en una Thrift Store (tienda de segunda) del Banco de Alimentos, en el pueblo donde vivimos. Me tomó varios meses animarme a hacerlo, pensando en la cantidad de cosas que había que hacer en la casa, con la familia, pero el cariño que he recibido de la gente con la que he coincidido ha sido como una lluvia de bendiciones, que en nada se compara a las dos o tres horas a la semana que yo les he podido dar.

Algo pasa cuando decimos sí a los planes de Dios, a sus proyectos. Se activan el corazón y la mente y se abren al agradecimiento y al amor infinito que brota de sentirnos contempladas por nuestro Señor. Estamos mucho más atentas a buscarlo y reconocerlo en los demás...

¡Y cuánto necesitamos de esto! Es fácil dejarnos abrumar por el día a día. Si eres Mamá, sabrás que una vez que sale el sol, es difícil encontrar un minuto de descanso. Si además sales a trabajar, la ecuación se complica mucho más. Pero dar el "Sí" a cada nueva jornada, cobijando nuestros esfuerzos con una oración y un ofrecimiento a nuestro Padre, pueden hacer la diferencia y fortalecernos en la lucha.

Una de las cosas que he aprendido en el pueblo donde vivimos es que las Mamás (y también los Papás) viven su vocación al cien, sólo dicen: "Sí". Confían en Dios, se entregan a su labor de formadores en medio del cansancio, gozan cada día, desempeñan su papel de tal manera que resulta motivador para quienes estamos alrededor. (Vivimos en el campo, así que tal vez sea más sencillo para ellas enfocarse con todo su ser a la familia... viniendo de la ciudad, para mí han sido una gran inspiración). Algunas tienen 2, 4, 6, 8, 10 y hasta 11 hijos y emiten una luz muy particular, la luz de la paz y del amor que sobrepasan toda felicidad pasajera. Saben que es momento de sembrar, asumen su compromiso, lo viven al cien, sin prisas, de la mano del Señor. Ya habrá tiempo para otras cosas... hoy, la familia es su centro, con sus alegrías y sus esfuerzos.

Cada una de nosotros estamos llamadas a una misión especial. Búscala cada amanecer y dí: "Sí". Elije decir como Santa Teresa de Lisieux: "Yo lo quiero todo", lo sencillo, lo difícil, lo agradable, lo doloroso. Únelo a los sufimientos de nuestro buen Jesús en la cruz, al más grande "Sí" de la historia de la humanidad y confía ciegamente.

Si sientes en tu corazón el llamado a servir a los demás, en un apostolado, haciendo oración, ofreciendo cual sea tu trabajo cotidiano, adelante. A los ojos del Padre todo cuenta. Cierto día en nuestro grupo de oración escuché esto y me encantó: "Cada momento resuena en la eternidad. No desprecies las pequeñas cosas. Hay pocas oportunidades para hacer cosas sobresalientes porque rara vez suceden. Practica darle importancia a las cosas pequeñas".

Decir "Sí" es abrirnos a la voluntad divina soltando todo apego humano, como lo hizo nuestra Madre María. Es una puerta a la esperanza, a la confianza y a la sorpresa; es la antesala del compromiso, pero también de la paz eterna al sabernos amadas y sostenidas por nuestro Señor, sin importar lo que venga.

Sólo tienes que decir "Sí" y esperar a que se despliegue ante ti el espectáculo de la vida que Dios tiene para ti...

"¿No has visto en qué 'pequeñeces' está el amor humano? —Pues también en 'pequeñeces' está el Amor divino". San Josemaría Escrivá.

Nelly Sosa es Esposa y Mamá Católica. Su experiencia en el periodismo, en el ministerio de la música y su reencuentro con Dios en el campo la trajeron a El Árbol Menta, donde comparte experiencias familiares y recursos de crecimiento espiritual para vivir alegre todos los días.

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