Cómo Crecer en el Amor a María
«¿Es posible amar lo que se desconoce?»
San Agustín, De Trinitate VIII,4,7
Entre los signos de que se va profundizando en una relación están la confianza y la familiaridad. Con el trato frecuente vamos conociendo los detalles concretos de la persona amada, como su segundo apellido, cuáles son sus gustos, qué piensa sobre determinados temas, etc.
Muy probablemente ya sabes algo acerca de la madre de Jesucristo; en este momento me detengo en 5 pistas que te ayudarán en tu trato con la santísima Virgen. Una cosa te digo: entre más la trates, más la amarás.
1. La Santísima Virgen María es una persona que está viva -en cuerpo y alma- en el cielo. Toda oración inicia con un acto de la presencia, que es tomar conciencia de quién es la persona con la que vamos a hablar.
2. La forma más espontánea de oración es aquella en la que imitamos la manera en que hablamos con la personas que tenemos con nuestro alrededor. La oración mental es aquella en la que oramos de manera libre. Habla con María como un hijo se dirige a su Madre; ella escucha nuestras plegarias en el cielo. Para hacer con fruto la oración mental es necesario el silencio y la concentración.
3. La oración vocal es aquella en la que nos servimos de una oración ya escrita. Lo que más conviene es ir intercalando momentos de oración vocal con momentos de oración mental. He aquí las oraciones vocales más conocidas:
-El santo rosario es la oración mariana por excelencia; contemplamos lo que María vivió junto a Jesús y ponemos a Dios en medio de nuestro diálogo.
-Las antífonas marianas son oraciones cortas dedicas a María. Entre ellas están «Redemptoris Mater» (Madre del Redentor), «Regina coeli» (Reina del cielo), «Ave Maris Stella» (Salve, Estrella de mar) y la oración mariana más antigua: «Sub tuum praesidium» (Bajo tu amparo).
-Las jaculatorias son oraciones breves compuestas por una frase con su respectiva respuesta. Así por ejemplo, puede decirse: “Santa María, esperanza nuestra, asiento de la Sabiduría” y se responde “¡ruega por nosotros!”.
4. Leer los pasajes de la Sagrada Escritura y las partes del Catecismo de la Iglesia Católica que hablan de María. Este material también es útil para intercalarlo en los momentos de oración mental.
5. Dicen que «de la vista nace el amor», para acordarnos de la santísima Virgen ayuda mucho tener en nuestros hogares un cuadro y una estampa en el bolso o la cartera.
6. Participar en una romería o peregrinación a un templo o santuario mariano. Tradicionalmente se acostumbra rezar la primera parte del rosario de ida (misterios gozosos), la segunda parte en el lugar (misterios dolorosos) y la tercera parte del rosario al regresar (misterios gloriosos).
El Padre Juan Pedro Alanís Marroquín nació en Monterrey, N. L. Es especialista en Teología Dogmática por la Universidad Pontificia de México. Fue ordenado presbítero el 15 de agosto de 2007 y ha sido Vicario Parroquial en la Basílica de Guadalupe, la Natividad del Señor y la Ascención del Señor.