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El Regalo que Iluminó nuestra Navidad




Estar lejos de mi familia y la de mi esposo, especialmente en ésta época del año siempre es difícil, pero con la ayuda de Dios, hemos ido aprendiendo a celebrar la Navidad en pequeño, cuando no podemos estar con ellos.


En éste año de pandemia en particular, que ha sido tan demandante emocional y espiritualmente, estamos llamados celebrar exclusivamente con nuestra familia inmediata (por el bien y la salud de todos).


Por eso quiero compartirte nuevamente sobre una tradición que iniciamos hace cinco años que ha iluminado nuestra celebración de la Navidad.


Es súper sencilla y nos ha ayudado a centrarnos, todavía más, en lo que estamos realmente conmemorando: el Cumpleaños de Jesús, Nuestro Salvador.


(Si te animas a hacerla, se me ocurre que tal vez puedas organizar una videollamada con la familia extendida para compartir éste momento juntos...).


Bueno, aquí va:


1. Tenemos una caja de regalo muy linda donde cada uno de nosotros pone una pequeña carta con el ofrecimiento o regalo que queremos hacerle a Dios.


2. Nos damos un tiempo todos para reflexionar y escribir sobre nuestros proyectos o propósitos de crecimiento espiritual (puedes 'entrevistar' a los más pequeños y anotar tú sus respuestas) y al final lo leemos a la luz del pino de Navidad, frente a nuestro Nacimiento. Después sacamos las notas de los años anteriores y también las comentamos.


Y ¡listo!..


Además de la Misa, que nunca falta y que nos llena el corazón de gozo, ésta pequeña actividad ha sido súper especial.


Nos ayuda a recordarle a los niños que cuando reconocemos a Jesús como centro, cuando ponemos todo lo que somos y anhelamos a Sus pies, Él siempre comparte Sus regalos, Sus bendiciones con nosotros.


Cuando estaba soltera, era mi máximo anotar los propósitos para el próximo año... pero en otro plan, como si todo dependiera de mi... ¡me alegro de que ésta bella tradición haya venido a sustituirlo!


Por que, a final de cuentas, ¿de qué sirven las metas personales cuando no las ponemos delante de Dios?


Él es nuestro guía, cada cosa que hacemos, a final de cuentas es para Su gloria, no para la nuestra.


Por eso, confiémonos en Sus amorosas manos y ofrezcámosle nuestro proyecto de vida y familia en esta Navidad y Año Nuevo...


Así, en los próximos 12 meses, sin importar lo que suceda, seguiremos caminando en Su paz, con una fe renovada.


Nelly Sosa nació en Monterrey y es esposa y mamá católica. Su reencuentro con la fe en un pueblo alejado de la gran ciudad y su gusto por escribir la llevaron a iniciar el blog El Árbol Menta. Cree firmemente que la Palabra de Dios, los Sacramentos y el apostolado pueden cambiar al mundo.

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