Llamada a la Catequesis
El ritmo tan dinámico del mundo en la actualidad, pudiera hacerte pensar que tienes todos tus compromisos cubiertos: el trabajo, la familia, tu salud, etc. Esta posición cómoda donde llenamos nuestros días de responsabilidades, nos hace decir comúnmente: "No tengo tiempo para otra actividad más", "Mi tiempo es limitado", "No podría con algo más en mi agenda o la de mi familia".
En medio del caos diario, Dios busca a Brenda Pérez, para pedirle algo que humanamente pareciera imposible: le pide compartir, aún más, su tiempo. Le pide que se dedique a la evangelización de mujeres adultas que se alejaron del camino o no conocían a Cristo.
Hoy ella nos cuenta cómo, a pesar de tener una agenda apretada, entre su trabajo en un Grupo Financiero, su hijo, su participación en la Armada Blanca y el Apostolado de la Cruz y como Adoradora Comprometida de la Capilla de Adoración Perpetua de su comunidad, logra responder con un sí al Señor.
Este nuevo proyecto resulta ser un regalo del amor de Dios; ese tiempo se convierte en un remanso de paz y apoyo. Así, es como el grupo de señoras y su catequista se convierten en una comunidad de amigas en Cristo.
A.M. Platícanos, ¿cómo es que empezaste a dar clases de catecismo a señoras?
Brenda: "Dios te busca para cosas que jamás pensarías que fueran posibles. En medio de una complicada etapa en el trabajo y en mi vida, una amiga hermosa, llena de Dios que forma parte del Regnum Christi, me busca para decirme que estaba feliz porque le habían autorizado formar un grupo de señoras y les iba a poder hablar de Dios y evangelizar. En ese momento y al oírla tan feliz, plena y llena de Dios, me pide que por favor colabore con ella y me invita a ser la catequista del grupo. Si bien era un compromiso importante y muy difícil, sabía que Dios te pone en donde más te necesita. Fue así que, con temor a lo desconocido, pero con confianza en el Señor y su providencia dije que sí".
A.M. Cuéntanos, ¿cómo ha sido el proceso?
Brenda: "Al principio, estaba llena de dudas y de miedos, no sabía si sería yo la indicada para dar el curso. La duda me hacía pensar que no tenía el conocimiento suficiente para transmitirles la palabra y el amor de Dios. El primer día fue muy importante, porque ahí fue donde pedí la inspiración del Espíritu Santo para poder responder con firmeza y amor al llamado de Dios. Durante esa oración entendí que, si las personas que estamos cerca de Dios, que tenemos la fortuna de poder distinguir, apreciar y alabar todas las bendiciones que el Señor pone en nuestras vidas no somos capaces de dar el sí, nadie lo hará. Llena de la seguridad del Espíritu Santo, me convencí que era mi llamado y simplemente avancé poniendo el corazón en cada vivencia y cada clase compartida".
A.M. Durante este tiempo, ¿cómo has sentido que Dios se ha manifestado? ¿Cómo has crecido? ¿Cómo ha crecido tu grupo?
Brenda: "Dios se ha manifestado en cada una de nosotras de manera diferente. A cada una nos ha tocado experimentar a Dios sintiendo paz en nuestras vidas, viviendo con fe momentos difíciles, palpando las respuestas a nuestras oraciones. En fin, manifestaciones de que Dios está contento de que hayamos respondido a este llamado. Pero más que eso, nos ha hecho amigas en la fe, somos un grupo de oración que nos apoyamos y nos damos acompañamos aún cuando las pruebas son difíciles. Nos alimentamos y nos apoyamos del amor vivo de Dios en nuestras vidas".
A.M. Por último, ¿qué le sugerirías a las personas que aún no han dado el sí al llamado que les hace Dios para servirlo?
Brenda: "Dios nos pone pruebas. Siempre te va a pedir algo difícil para ti. Debemos de tener la confianza de abandonarnos a su Divina Misericordia y providencia, Él siempre nos pondrá los medios para lograr lo que nos pide. Debemos dar siempre el sí. Existen muchísimos apostolados en los que podemos participar, no debemos permitir que el miedo o el qué dirán nos imposibilite ayudar a la construcción de su Reino. Dios siempre nos premiará haber sido fieles. Amémoslo y estemos siempre dispuestos a servirle".
