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Servir a los Demás: El Mensaje de Esta Noche es para Toda la Vida


"Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho", Jn 13, 14-15.

¿Qué es lo que nos vincula tan fuertemente al amor de nuestro Señor? Su palabra es poderosa y sanadora, implica mucho más que sólo frases. Sus enseñanzas van unidas a la acción, al cambio, a la misericordia y eso es lo que exijen también de nosotras como Mujeres Católicas.

Es el Año de la Misericordia, y ahora más que nunca, tenemos el compromiso de vivir la vida en función a los demás sirviéndolos: a ver por su bienestar antes que el propio y a salir de nuestra zona de comfort, poniéndonos en el "campo" de batalla para detectar necesidades que tal vez jamás imaginamos encontrar tan cerca de nosotros.

Kimberly Hahn, en su conferencia "Cómo ser un Católico Contagioso" habla de la importancia de compartir los dones que Dios nos ha dado. "Dios te mostrará de qué forma quiere usarte, te dará vida para que la compartas", ¿te imaginas? A mi me llena el corazón pensar en que Dios pueda usarnos para servir como sus instrumentos...

Esta noche en que recordamos la Última Cena de Nuestro Señor con los Apóstoles, donde se instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio y donde quedó grabado por siempre en su pueblo el Amor Filial tan grande que tiene por nosotros, necesitamos quedarnos con algo y, hacerlo tangible.

"Necesitamos movernos de la mentalidad de mantenimiento (como cátolicos) a la mentalidad misionera", dice Hahn citando a Ralph Martin en esta misma conferencia. ¿Cómo te suena?

Una buena forma de iniciarnos en el servicio es abriendo los ojos a las necesidades de la propia familia y pedirle a Dios, todos los días, su gracia y su amor para servirlos con alegría. ¡Qué difícil es con el estrés de la Ciudad! Con tantas cosas que suceden al mismo tiempo y todas las cosas que roban nuestra atención... Pero todos ellos, los miembros de nuestra familia, son semillas que darán frutos, buenos, en el mejor de los casos, o regulares, al mundo. ¿Cómo podríamos descuidarlos? Hay que hacerlos nuestra prioridad, elegirlos todos los días antes que cualquier otra distracción.

Seguro hay muchas necesidades en tu comunidad, en cada Parroquia. Te sugiero busca algunas tareas sencillas en donde puedas involucrar a tu familia en el servicio a los demás. Aquí hay algunas ideas:

-Invitar a Misa o a un apostolado a esa amiga que pasa por un "desierto" en su fe.

-Visitar a nuestros nuevos vecinos mayores y ofrecerles ayuda con sus tareas.

-Enviar tarjetas de cumpleaños a niños de un orfanatorio o a adultos mayores en casas de reposo.

-Llevar comida a nuestra amiga que acaba de tener bebé u ofrecerle limpiar su casa.

-Visitar a aquella amiga viuda y ofrecerle compañía.

-Ofrecer "ride" al amiguito de tu hijo cuando su mamá está enferma o le surgió un imprevisto.

- Iniciar un grupo de rezo del Rosario con las amigas de los "juevecitos".

-Pasar la ropa de nuestros hijos a esa amiga que pasa por retos económicos.

Las posibilidades son ilimitadas, siempre podemos servir a la medida de nuestros tiempos y ocupaciones. Nuestro Amado Padre, nos pidió esta noche servir, para él no hay esfuerzo que no valga y al final... de eso se trata ser Católicas.

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