Carta de Jesús a una Mamá antes de la Navidad
Querida Mía,
Si te estás yendo a dormir preocupada o insatisfecha porque no terminaste de preparar “todo”, porque el tiempo no te alcanzó y dejaste cosas pendientes o al final las cancelaste…
Recuerda que yo me complazco en cada cosa que haces para llevar mi luz a tu familia y al mundo.
En cómo pones toda tu alma y energía para construir su Iglesia Doméstica en las paredes de mi Corazón.
Vi con Alegría cómo se unieron en oración tu esposo, tus hijos y tú ante la Corona de Adviento.
Cómo vivieron la Santa Misa con especial devoción y expectativas de crecer en mi Amor durante el mes de diciembre.
Sonreí al escuchar cómo hablaban cariñosamente de mis Padres, María Santísima y San José, y meditaban en todas las dificultades que tuvieron que atravesar hace más de 2 mil años en su camino a Belén.
Me enternecí al verlos contando los días en ese pequeño calendario que tienen en la cocina y cuando sus hijitos hicieron manualidades pensando en mi próximo Cumpleaños.
No importa si las galletas que tanta ilusión tenías por preparar salieron duras o si el pastel que habías pensado llevar en Nochebuena a casa de tus padres ya está agotado.
Para mi no tiene relevancia lo que vayan a vestir en Nochebuena o cómo te vayas a peinar o maquillar para la cena.
Me complace saber que su familia ilumina al mundo con su testimonio y ejemplo.
Ese es mi mayor regalo.
Su gozo está fundado en mi Palabra y en la Eucaristía, y a pesar de las difíciles pruebas que han enfrentado en los últimos meses, su fe sigue firme.
Permanezcan en Mi Amor, porque yo los guardo a cada momento y los llevo siempre conmigo.
Anda, lo has hecho bien Querida Mía, ve a descansar ahora, que muy pronto celebraremos la Navidad y yo los llenaré de abundante paz.
-Jesús.
Con cariño algo que sentí en mi corazón después de estos días de anticipación por la Gran Fiesta del Nacimiento de Nuestro Rey .
Nelly Sosa nació en Monterrey y es comunicadora, esposa y mamá católica homeschooler de dos niños y un bebé que no dejan de sorprenderla todos los días. Su gozo por reencontrarse con Dios en la naturaleza en un pequeño pueblo en Pennsylvania la inspiró a compartir su fe en El Árbol Menta. Cree firmemente que la meditación de la Palabra de Dios, la Adoración Eucarística, el Santo Rosario y el apostolado, en los tiempos de Dios, convertirán al más escéptico. Es devota de la Divina Misericordia y de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
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