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No podemos callar lo que hemos visto y oído...

Foto: Cathopic/bebaios

A pesar de que sabemos que nuestra Iglesia es Universal, que hay católicos en todo el mundo, pudiéramos sentir muchas veces estamos solos viviendo y protegiendo ésta fe.

Tal vez porque en nuestros lugares de trabajo, en nuestros círculos de amigos o incluso en nuestras familias somos los únicos practicantes.

A mí me pasa todo el tiempo.

En mi mente lo represento con algo así como una carrera en la que van muchas de las personas que me rodean. Sin embargo, yo no me veo en ese mismo camino.

Siento que voy en una carrera paralela y aunque todos vamos del punto A al punto B, sé que ellos no van a tomar decisiones (incluso las más generales) como las que yo tomo y viceversa.

En este camino de la fe he estado sola muchas veces, y por qué no decirlo, me he sentido incomprendida.

Sin embargo, durante ésta pandemia que ha traído cosas tan lamentables, me he dado cuenta de que cuando vas de la mano de Jesús, del Espíritu Santo, de María y, en mi caso, de San José, puedes notar cosas que sin estos “lentes espirituales” no podrías observar.

Me refiero al brote de católicos, que tal vez estaban en sus apostolados y obligaciones normales en su ciudad o en su país, y a los cuales no teníamos acceso o ni siquiera sabíamos que existían.

Debido al cierre de actividades, ellos empezaron a salir como hormiguitas, guiados por el Espíritu Santo y ansiosos por transmitir el amor que Dios les ha dado para seguir trabajando en esa misión de llegar a los corazones de todo el mundo.

Esas personas genuinamente quieren mostrar lo que saben o lo que han vivido en este camino.

Y lo han hecho facilitando la transmisión online de las Misas, Horas Santas, pláticas en línea para recibir los sacramentos, podcasts, videos breves, retiros a través de lecturas, otros retiros increíbles en YouTube a los cuales normalmente sólo podrías asistir si viajaras a otra ciudad, Tik Tok´s o haciendo algo tan sencillo como un intercambio de libros.

En mi caso, cada una de éstas cosas me han hecho más ameno y enriquecedor éste tiempo tan difícil.

Me han abierto los ojos para revelarme que hay muchos, como yo, que han sido cautivados por Jesús y por su Santa Iglesia y que si se trata de tender la mano de una manera espiritual a los demás, van a salir de donde se encuentren con tal de no quedarse callados.

Por eso ahora me hace más sentido la cita:

<<Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído>>

Hechos 4:20

Ni en nuestra vida diaria, ni en lo bueno, ni en lo malo, ni siquiera en medio de una pandemia podemos dejar de hablar de lo que ha hecho Dios en nuestra vida, sin importar que no conozcamos a la personas que están del otro lado de las pantallas.

Desde aquí mi agradecimiento para ti que has decidido dejarte llevar por el Espíritu Santo para hacer llegar el Amor del Señor a los confines de la tierra.

Sofía Barrón es esposa católica. "Lo que soy es consecuencia de todos aquellos lugares a donde el Espíritu Santo me ha conducido. Busco que mi vida y mis convicciones tengan de base el amor de Dios ya que creo fielmente que la caridad lo cambia todo. La frase que representa mi vida es: "Creerle más a Dios y menos al mundo".

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