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¿Quieres ser una Mujer Nueva esta Cuaresma?

Hace unos días participé en los ejercicios espirituales en la Parroquia de la Santa Cruz. Tomamos a San Pablo como modelo, buscando un camino de conversión, una metanoia. Las pláticas se centraron en la cita: <<La vida es Cristo y la muerte una ganancia>>, Filipenses 1, 21.

Hoy quiero compartirte las 7 ideas que me llevé de las charlas, en espera de que nos ayuden un poquito a ser mujeres nuevas (u hombres nuevos, según sea el caso) esta Cuaresma:

1. Al seguir más de cerca a Dios es importante reflexionar: ¿la gente ve un cambio en nuestra vida?, ¿nos consideran diferentes en nuestro trato, forma de pensar, en caridad y amor? Toda conversión apunta a la salvación, descubrirse amado y liberado por Dios, transforma tu vida. El fruto de una vida espiritual es el amor, por eso es importante preguntar a los que están a nuestro alrededor si reflejamos ese amor.

2. Cuando no conocemos lo que es en realidad el Reino, el camino de conversión puede convertirse en una "alegría efervescente". Por ejemplo: vamos a un retiro, salimos muy felices con el libro, la calca, los audios y después de unos días, se baja la emoción. Pero, ¿qué es el Reino? Romanos 14,17 nos dice que el Reino es justicia, paz y gozo. Por eso, a pesar de las contrariedades el corazón de un cristiano permanece en paz, porque su confianza está en el que todo lo puede, el que te ama y provee.

3. Nuestros problemas vienen a causa de nuestros apegos. Sufrimos porque estamos atados al mundo. San Pablo nos lo habla de esto en su carta a los Filipenses 4,12-13: "Sé vivir en la pobreza y en la riqueza... todo lo puedo en Cristo que me conforta".

4. El enemigo tratará de convencernos de cambiar nuestro camino de conversión. Es el pecado lo que nos quita la felicidad, nos genera inseguridad, falta de fe, angustia, por eso buscamos lo que nos da el mundo.

5. Durante el proceso de conversión, hay 5 principales oportunidades para que permanezcamos en el pecado: la independencia de Dios; el apego a ídolos que nos apartan de Él; cuando el apostolado se convierte en motivo de soberbia espiritual; negación al pecado (considerarnos siempre como "buenos"); y un mal testimonio (incongruencia de lo que predicamos con lo que hacemos que puede desilusionar a los que nos rodean).

6. Para ir por camino seguro y vivir conforme a la invitación que el Señor me hace es importante confiar en Su Palabra y hacerla vida en mi vida. Cuando confiamos en la Palabra del Señor aceptamos unirnos a ella. Nos dejamos guiar por el Espíritu Santo y tenemos una estrecha relación de amistad con Jesús.

7. La Iglesia no es un templo. Es un hogar en el que se anima a sus miembros a seguir adelante. Es una familia; donde hay un cristiano, ahí tenemos un hermano. Un hermano se preocupa por la vida de su prójimo, por su salud, por sus problemas, comparte sus alegrías. La Iglesia es una colonia del cielo. Ahí, todos somos uno en Cristo. Acércate y lo descubrirás...

Si quieres profundizar en la fe, puedes ver los videos de los Ejercicios Espirituales "Hombre Nuevo" con el Padre Ernesto Caro, en las siguientes ligas:

Recuerda que Dios ama al pecador. Hagamos lo que hagamos, Él sabe de qué barro estamos hechas. Dios es un Dios de misericordia.

Jaquie Jasso vive en Monterrey, N.L., es comunicadora y mujer emprendedora católica, feliz de compartir la buena Nueva del Evangelio. Actualmente coordina el Movimiento-Taller "La Plenitud de Vivir en Castidad".

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