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Él es mi Camino


Siempre evitamos hablar de lo posible, sin querer admitir lo inevitable, sin definir lo que realmente buscamos.

Idealizamos a dos mentes que se atraen, dos corazones que se pertenecen, cuatro ojos que se buscan entre la gente. Dos almas que siempre se encontrarán justo a tiempo... Pero existe la posibilidad de que, al momento de encontrarlo, esa persona no logre calentar tu corazón y que siga siendo de hielo.

Basta aceptarlo a Él para que te ponga alas y no vuelvas a rozar el suelo.

En mi caso, así fue como todo sucedió: de ser nada, Él se convirtió en Todo. Logró echar la soledad de mí para poder ocupar su lugar, cicatrizó mil heridas para que ya no existiera un corazón roto.

Ahora sus brazos son mi hogar, sus ojos logran darme tranquilidad, se que sus palabras son verdad y su amor es el amor más infinito que he podido experimentar.

Es un hecho. Puedo estar segura de que esto ya no se acabará. Puedo caer y equivocarme, pero sé que Él ahí estará, dispuesto a perdonarme.

Realmente estoy convencida, quiero que sea Él quien calme toda tormenta que se pueda llegar a presentar, quien me frene cuando esté a punto de cometer alguna locura y me impulse con su amor y su sabiduría hacia los planes que están diseñados perfectamente para mí.

Quiero que Él sea quien me haga recapacitar cuando aparezca cualquier dilema en el día a día, quiero que Él sea a quien me aferro cuando más perdida estoy, quiero encontrarlo en ese laberinto que se hace llamar vida, quiero lograr que Él se quede, aún cuando parezca que le doy mil razones para que se vaya.

Quiero que, con mis acciones diarias, Él logre ver que quiero que sea quien esté conmigo cada mañana cuando despierte y cada noche cuando me duerma.

Te preguntarás: ¿Cómo logró que Dios fuera Todo eso en su vida?

Ha sido un camino bastante complicado. Muchas veces no he logrado ser ejemplo para nada y para nadie. Tengo miserias como cualquiera y cien defectos que me siguen y no aprenden.

Las dudas no descansan nunca y los miedos siempre logran estar presentes, pero Él siempre encuentra la manera de quitar cada una de esas cosas de mi camino, de darme las respuestas que he estado buscando...

Pertenezco a un grupo llamado "Judá" y cada verano tenemos un retiro espiritual para jóvenes con inquietud de conocer a Dios. (Fue en un Encuentro de estos donde Él me recordó el amor que tiene por mí. Logró llamar mi atención de una y mil maneras).

Dar mi tiempo a esa familia pequeñita que hemos logrado formar, a lo largo de cuatro años, es una de las bendiciones más bonitas que Dios ha puesto en mis manos.

Cada Retiro, cada Misa, cada Reconciliación son algo fantástico, pero este último Encuentro que experimenté hace algunas semanas ha marcado mi vida.

Me gustaría compartir las razones contigo:

  • Dios logró hablarme a través de personas que eran completamente desconocidas para mí, que ahora lograron convertirse en familia; me llenó de abrazos y me hizo sentir parte de su plan perfecto.

  • Me enseñó que, pase lo que pase, Él fue, es y será el Camino, la Verdad y la Vida.

  • Recordé que Él es el mayor escudo que podemos tener, siempre estará ahí para protegernos y al pendiente de nosotros en todo momento.

  • El Señor dejó en mis manos a la compañera más bonita de vida que es su madre María, quien estará caminando conmigo, peleando cualquier batalla para llevarme hacia los brazos de su Hijo.

  • Me demostró que puedo ser profeta, dando testimonio de vida y llevando la palabra de Dios hacia toda esa gente que necesita conocerlo.

  • Día con día grabó en mi corazón que, en este mundo lleno de oscuridad, Él es la Única Luz que siempre se mantendrá encendida.

Con todo esto, entendí una vez más, que tengo que dejar de buscar en todo lo superficial mi felicidad, que la verdadera felicidad siempre ha estado a mi alcance.

Desde que fuimos creados nuestro corazón está ligado al de Él: lo buscamos inocentemente, sin saberlo lo necesitamos. Pero Dios es todo un caballero y hasta que decidas abrirle la puerta y dejarlo entrar podrá causar cada uno de estos sentimientos.

Aprende a conocerlo, dale la oportunidad entrar en tu vida, porque cuando eso suceda vas a aprender a amarlo y a sentirte amada y créeme que no hay mejor sentimiento que estar cerca de Él y poner tu corazón en sus manos.

Mariana Balderrama tiene 21 años y estudia Administración en el Instituto Tecnológico de Chihuahua. Pertenece al "Grupo de Jóvenes Judá" del Santuario del Padre Maldonado y es parte de la Comunidad Misionera (COMI). Ofrecerle su tiempo a Dios es una de las cosas que más le gusta.

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