La Belleza Sí Importa
Hace un par de semanas fui con mi esposo a un concierto de Orquesta. El plato fuerte del evento fue la 6a. Sinfonía de Beethoven, "Pastoral". Hacía varios años que no nos dábamos la oportunidad de algo así y, sin exagerar, fue como un viaje exprés al cielo. Salimos viendo todo hermoso y feliz. "¿Por qué nos tardamos tanto en venir?", me dijo Él o le dije Yo (siempre decimos eso cuando algún evento de verdad nos encanta).
La Belleza tiene un gran efecto en nuestro ser. Y no hablo de la belleza deshechable que vemos en las revistas... Hablo esa que nos llena el alma, la que nos invita de buscar a Dios. La arquitectura, la música, la naturaleza, la pintura... Las necesitamos: nos motivan, nos dan balance y son una pequeña muestra de la grandeza de nuestro Creador.
Casi a la par de nuestra ida al concierto, encontré un artículo en Seton Magazine llamado "The Necessity of Beauty" (La Necesidad de Belleza). Me encantó. En él Cheryl Hernández nos comparte sobre cómo podemos educar a nuestros hijos en la belleza y la influencia positiva de ésta en nuestra familia.
Dice Hernández: "la realidad es que vivimos en un mundo que puede ser muy feo. Tratamos de cobijar a nuestros hijos (y a nosotros mismos) de esa fealdad, que frecuentemente puede ser promovida como 'belleza'. Gracias a esa distorsión, es importante cultivar el sentido de la belleza verdadera en nuestra familia. Nuestros hijos necesitan cimientos basados en la belleza y queremos que la busquen en sus propias vidas porque toda belleza lleva a Dios, y nuestro rol como padres es dirigirlos hacia Él".
Hoy quiero compartirte los cinco puntos que ella sugiere para Educar en la Belleza (y no tienen nada que ver con opulencia, ni necesitamos mucho dinero para lograrlo).
1. Llena tu casa de música hermosa. Escucha música clásica o música sacra en la casa y en el carro. Busca eventos en tu Iglesia o en tu ciudad donde haya cualquier tipo de música hermosa en vivo. Otra buena idea: en lugar de dar a tus hijos más juguetes o electrónicos en su cumpleaños, regálales una 'experiencia'; boletos para una ópera, sinfonía o ballet. Con un poco de investigación, puedes conseguirdescuentos. Considera apoyar a tus hijos para aprender a tocar un instrumento; busca maestros que enseñen música clásica.
2. Expón a tus hijos al arte. Múestrale a tus hijos buen arte, visiten museos. Nada más cerciórate de investigar si la muestra es adecuada para su edad. Cuando estén de vacaciones visiten Iglesias, Basílicas, Santuarios u otros lugares con interesante arquitectura. Decora tu casa con arte. No tiene que ser caro, hay réplicas de obras famosas de venta en los museos y puestas en un cuadro lindo quedarán perfectas. Tener imágenes de santos, de nuestra Buena Madre, crucifijos, íconos y otros artículos religiosos también es otra forma de exponer a nuestros hijos a la belleza.
3. Lee e invierte en libros bellos. Rodea a tus hijos de literatura clásica, poesía y libros espirituales. Léeles historias de virtudes heroicas y buenas obras. Deja a su alcance libros de hermosas fotografías, arte y arquitectura. Provéelos de libros de su nivel con hermosas ilustraciones y desházte de aquellos cuyo texto no te resulta interesante o cuyo arte no transmite belleza. Enséñalos desde pequeños a apreciar lo que enriquece el alma.
4. Trae la belleza a la mesa. Enséñales a poner una mesa linda en ocasiones especiales. Flores, velas, servilletas de tela y tu mejor vajilla. Poner una mesa bonita es una muestra de amor para la familia.
5. Maravíllate ante la belleza de la creación. Llevarlos a caminar al parque, admirar las montañas, ver el atardecer... todo esto nos lleva a bajar el acelere diario y a conectarnos con Dios. Tener plantas en la casa o poner comida para los pájaros en el patio también es una manera de apreciar la grandeza del Señor. Otra buena idea es poner una imagen de nuestra Madre del Cielo en el jardín, ¡ella es la reina de toda belleza!
<<Fíjense en todo lo que encuentren de verdadero, de justo, de limpio, en todo lo hermoso y honrado. Fíjense en cuanto merece admiración y alabanza>> Filipenses 4:8.
Nelly Sosa nació en Monterrey y es esposa y mamá católica. Su redescubrimiento de la fe en un pueblo alejado de la gran ciudad y su gusto por escribir la trajeron a El Árbol Menta. Cree firmemente que la oración, los Sacramentos y el apostolado pueden cambiar al mundo.