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El Poder de la Oración en Familia


Debo mencionarles primero que nada que, poder compartir con ustedes estas líneas, es fruto de la oración en familia, sí, así es, es fruto de la oración de intercesión de mi esposa por mi proceso de conversión...

Tuve la bendición de estudiar la primaria en un colegio Católico. Sin embargo, en mi adolescencia, etapa universitaria, inicios de vida laboral y, aún cuando recién nos casamos, aunque no estaba completamente alejado de la Iglesia, participar en ella no figuraba como una prioridad para mí.

Mi esposa, pianista de profesión, con mucha fe y al ver que su voz no hacía mayor eco en mí para estar más cerca de la Iglesia como familia, en cada Misa en la que ella participaba, ofrecía su música a Dios y pedía oración por mi conversión.

Después de varios años, ya con nuestros primeros dos hijos (de los cuatro con los que Dios nos ha bendecido), su oración constante fue rindiendo frutos y Dios me fue llamando poco a poco.

Inscribimos a nuestros hijos en un instituto de formación y de comunidad Católica en la cual yo me inicié también dentro del grupo de catequesis especial para papás (Kefas-Arxé). A través de su plan de formación, nuevamente volví a conocer a Dios, a reencontrarme con Él para amarlo y disfrutar de la vida en abundancia y de la felicidad que Él tiene para nosotros.

Un par de años después, nuevamente enamorado de Dios y de su Santísima Madre, María Siempre Virgen, me incorporé al grupo de los Caballeros de San Miguel Arcángel de la Comunidad CAMSVI. Ahí fui reforzando mi vida de oración y me aventuré a convertir la vida de fe en vida también de servicio, a través del carisma, espiritualidad y los diferentes apostolados de esta Comunidad, al servicio de nuestra Iglesia y de nuestros sacerdotes.

Al participar en esta Comunidad como familia, cada quien en el grupo apostólico acorde a la edad y etapa de cada uno, hemos ido caminando de la mano en nuestra formación y crecimiento espiritual, procurando siempre que todo se realice por amor a Dios, con gusto y no por obligación.

Hoy en día, hay tanta invasión de los medios de comunicación, consumismo, ataques hacia nuestra Iglesia, a las familias y contra la vida... por eso como padres de familia, contra toda corriente que el mundo nos ofrece, debemos fomentar momentos para la oración familiar.

Hay que buscar la ocasión la oportuna en la que todos estén casa para hacerlo, ya sea en la comida al bendecir los alimentos, antes de dormir, por las mañanas, etc. Necesitamos unos minutos de oración para pedir ayuda en nuestras necesidades familiares y en las de las personas que se encomiendan a nuestras oraciones. No será fácil coincidir siempre todos, cada quien está inmerso en sus actividades y ocupaciones, pero no hay que bajar la guardia.

Un miembro de la familia que reza, es un tesoro. Su oración puede cambiar el destino de la familia y hay que orar más fuerte, con mayor empeño por aquel que no lo hace.

La oración se alimenta del amor por Dios que va teniendo cada integrante de la familia. Es aquí en donde tu testimonio de oración es de gran importancia. Por ejemplo, si tu hijo te ve rezar frecuentemente, sin prisas, quedarte en silencio un momento, cerrar los ojos y ponerte de rodillas: los niños captan la importancia de ese momento y reconocen la presencia de Dios en el hogar.

No hay que olvidar en nuestra oración familiar dar gracias por todo lo que tenemos, por todo lo que nos pasa en lo cotidiano. Dios tiene el plan perfecto para cada uno de nosotros y una familia que reza unida permanece unida, rezando juntos se ama y a una familia que está llena del Amor de Dios, Él no la abandona.

Y tú... ¿ya estas orando por y con tu familia? ¡Dios te Bendiga!

"Un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras, una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso hacia la Iglesia. A pesar de lo complicado que es el tiempo en la familia, siempre ocupado, con mil cosas que hacer, la oración nos permite encontrar la paz para las cosas necesarias, y descubrir el gozo de los dones inesperados del Señor, la belleza de la fiesta y la serenidad del trabajo".

Papa Francisco, Audiencia General núm. 100.

Eric Tamez es de Monterrey. Tiene 44 años, es casado, papá de 4 hijos. Hace apostolado en la Parroquia Natividad del Señor y en Caballeros de San Miguel Arcángel CAMSVI.

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